Edgard Rodríguez
Zona de Strikes
Frente al más importante reto de su historia, el beisbol nacional intentará dar el paso al frente que por siempre se le ha exigido, al intentar ganar el torneo clasificatorio hacia el Clásico Mundial.
Y aunque la Selección forma parte de nuestro patrimonio sentimental y nos hace converger a todos más allá de nuestras diferencias y sus contrastes, no ha sido mucho lo que ha conseguido.
Se han logrado cinco subcampeonatos mundiales y un cuarto lugar en Juegos Olímpicos, pero a lo que se le hace reverencia en realidad es al tercer lugar alcanzado en el Mundial de 1972.
Se ha tenido actuaciones con ribetes heroicos como la medalla de 1983 y faenas consistentes tipo 1995, pero objetivamente nunca se ha “escupido en rueda”.
Ahora, en un contexto más difícil, tras la abolición de la barrera que separaba a profesionales de amateurs, el equipo nica trata, no solo se presentarse bien, sino de ganar, en la gira por Panamá.
Desafortunadamente no se puede contar con algunos de los mejores valores como Vicente Padilla o Wilton López. Incluso, aquí quedaron varios de utilidad probada.
Pero los que han ido, han asumido el reto. Se prepararon de la mejor manera posible y han prometido entregarse al máximo. Quizá eso no sea suficiente para ganar, pero lo intentarán.
¿Y si lo logran? Pues tendremos que inclinar nuestra admiración hacia ellos. Quitar del camino a Panamá y Colombia y hasta a Brasil, no es asunto fácil, aunque los muchachos creen poder.
Ahora falta que ejecuten. Y veremos si tienen tanto talento como corazón, para imponerse a rivales mejores y sobre todo, a ellos mismos, para saltar al siguiente nivel.
Debemos estar claros que Nicaragua no tiene mayor significado en el concierto del beisbol mundial, así que ahora es una buena oportunidad para entrar pisando fuerte un territorio que nos ha sido ajeno.
Si se da el salto al Clásico, el beisbol nacional recibirá un vigoroso impulso, tanto en entusiasmo de sus seguidores, como en respaldo gubernamental y quizá entonces se avance de verdad.
Y si no se va al Clásico, pues la vida continúa, aunque será importante tomar nota de las fallas principales para no volverlas a repetir en el futuro. Pero el peor intento es el que no se hace.
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