Los emperadores romanos, los césares, en la antigua roma acostumbraban distraer la atención de sus problemas graves políticos dando a la plebe romana pan y circo.
En el circo romano famoso coliseo cuyas ruinas aún sobreviven en la actual roma, los emperadores y la plebe romana disfrutaban de los combates entre gladiadores, generalmente esclavos que entrenaban en el arte de matar para divertirlos mientras repartían pan a la plebe que aplaudía.
Estos emperadores con una mentalidad criminal como Nerón que mandó a quemar roma, Calígula que nombró cónsul a su caballo favorito, disfrutaban de la sangre que se derramaba en el coliseo o circo romano. Miles fueron los cristianos que fueron crucificados, devorados por los leones y tigres ante la plebe romana calumniados de incendiar roma.
Mientras los gladiadores antes de iniciar sus combates a muerte tenían que exclamar a grito partido: “¡Ave césar imperatur morituri te salutan!” (¡Salve césar emperador los que van a morir te saludan!”). Mientras el emperador movía su pañuelo con una gran sonrisa. Ya que detrás de esa sonrisa estaban los planes maquiavélicos políticos que resolvían, sus ansias desmedida de poder que llegaron a divinizarlos apoyados en las legiones romanas leales a toda prueba al emperador de turno.
Hoy, lamentablemente algunos gobernantes de la actualidad, usan la misma política de “pan y circo” para el pueblo para distraerlo de los grandes problemas del país y para satisfacer sus ambición desmedida de poder, apoyados en ejércitos y policías y grupos delincuenciales turbas que les son leales y serviles incondicionalmente, pasando por sus mismos principios y con una doble moral, para apalear a los que se les oponen, repartiendo recursos del Estado que no les pertenecen y construyéndose lujosos palacios que cuestan millones de dólares.
Hoy están de moda los llamados “estadios virtuales” donde acarrean criminalmente a nuestra juventud, para que se diviertan con el juego de futbol de turno español o de otras partes de Europa o de América. Sacan de sus aulas de clases a los estudiantes para ir a ver el nuevo circo y donde reciben también algo de “pan”. Así adormecen a la nueva juventud para que no piense en hacer cambios, a como si pensaba la juventud de las décadas de los cincuenta, sesenta y setenta en nuestro país.
También se llevan en autobuses pelones a la niñez junto a sus padres a divertirse a “parques y plazas” rodeados de una enorme propaganda de los que están de turno en el poder, para que los adulen luego en las concentraciones políticas y crean que son indispensables, que no pueden prescindir de ellos.
Regalan viviendas, láminas de zinc, prestan dinero al interés a pequeños comerciantes por supuesto con intereses, no gratis; en fin regalan todo porque nada es de ellos, no les cuesta nada pero sirve para ganar adeptos en las campañas electorales.
En fin es la política de “pan y circo” de los endiosados emperadores romanos, que disfrutaban del poder sin que les costara nada y divertían a la plebe para satisfacer sus gustos sangrientos, regalando lo que nada les costaba y para que no pensaran en sus verdaderos problemas.
Sin embargo la historia es sabia, la rueda da vuelta y los responsables responderán a su debido tiempo por las barbaridades que cometen, olvidándose de la historia.
No aprenden, se ciegan y con ellos caen sus serviles y corruptos que los rodean.
El autor es Periodista y abogado
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