Usted o yo podemos ser las próximas víctimas del ictus o derrame cerebral, en especial si somos portadores de factores de riesgo y no nos cuidamos.
La preocupación actual de la OMS destaca el hecho de que cada año se producen 20.5 millones de ictus, de los cuales se mueren 5.5 millones. Recordemos que esta enfermedad es causa principal de discapacidad en el adulto.
Los expertos destacan el hecho de que las mujeres están encabezando la lista de afectados y que ellas suelen morirse con más facilidad o quedan mucho más incapacitadas que los varones.
En general son los 60 años y más la edad en la cual se dan con mayor frecuencia los derrames, ¡pero mucho ojo!, en personas jóvenes y a cualquier edad, presión alta y azúcar en la sangre descontroladas, cardiopatía isquémica o coronaria y la fibrilación auricular encabezan el peligro.
Otras condiciones que favorecen el ataque cerebral son fumar cigarrillos, abusar del alcohol, obesidad, grasas altas de la sangre y cuando se toman anticonceptivos orales. Hay varios tipos de derrames: los isquémicos están encabezados por la trombosis cerebral que se presenta en ancianos cuando duermen. La embolia suele originarse de un problema en el corazón como fibrilación auricular o infartos cardíacos. Las hemorragias cerebrales tienen alta mortalidad.
Un intenso y súbito dolor de cabeza, la pérdida de la visión o fuerza de una parte del cuerpo o dificultades al hablar pueden ser señales de alerta que obligan a buscar asistencia de un médico internista. ¡Lo primero prevenir!
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