Salud: diagnóstico reservado
Dos mujeres se mueven de un lado a otro mientras intentan acomodarse en una de las camas del Hospital Bertha Calderón. Los intentos son fallidos. Una de ellas se pone de pie y jala una silla de ruedas que está a escasos metros. Se sienta y esboza una sonrisa de confort. “Aquí hasta en el piso hemos dormido”, dice.
Moisés Martínez, José
Denis Cruz y Carla Torres
Dos mujeres se mueven de un lado a otro mientras intentan acomodarse en una de las camas del Hospital Bertha Calderón. Los intentos son fallidos. Una de ellas se pone de pie y jala una silla de ruedas que está a escasos metros. Se sienta y esboza una sonrisa de confort. “Aquí hasta en el piso hemos dormido”, dice.
La mujer que hasta escasos minutos luchaba con el poco espacio de la cama de hospital se llama Genovia Martínez y tiene 20 años. Es de Cabo Gracias a Dios, Región Autónoma Atlántico Norte (RAAN), y desde hace un mes fue internada en este centro hospitalario, donde las camas y pacientes ya rebasan la capacidad de espacio. Para estar más claros, en esta sala hay ocho camas, para 12 mujeres.
Cuando a Genovia Martínez le dijeron que iba a ser trasladada a Managua pensó que las condiciones médicas serían mejores. No fue así. Desde que vino le ha tocado vivir un drama.
El primer capítulo tuvo que ver con la falta de camas que sufre el hospital. “Primero me tocó dormir en una silla de ruedas, luego en una camilla y por último en la cama de un cuarto”, cuenta.
Pero esta situación no es solo de hoy, es de ayer y de mañana. Genovia no sabe dónde dormirá hoy. Sin embargo, su principal preocupación es su hijo, a quien dio a luz hace dos días.
Casos como el de Genovia y su familia son solo una evidencia de que los derechos en salud pública no están tan restituidos como pregona la propaganda gubernamental.
Estudios especializados independientes y los mismos pacientes coinciden en celebrar un punto en general: la gratuidad de las consultas médicas. Esto fue una de las primeras ordenanzas del presidente Ortega, cuando asumió el cargo en el 2007.
El estudio denominado La Salud en Nicaragua , elaborado por el Instituto de Estudios Estratégicos y Políticas Públicas (Ieepp) y la Red Nicaragüense por la Democracia, destaca como ejes positivos la declaratoria de gratuidad de la salud pública, incluyendo los medicamentos, acompañado de un aumento considerable del gasto en dicha área.
Estos ejes son parte fundamental del denominado Modelo de Atención en Salud Familiar y Comunitaria (Mosafc) promovido por el Gobierno. Pero, de acuerdo al estudio, donde se ha visto y sentido el Mosafc ha sido en las jornadas de vacunación, fumigación, visitas de brigadas de médicos sandinistas, distribución de medicamentos a barrios y comunidades rurales y acciones de los Consejos del Poder Ciudadano (CPC).
Es decir, el Mosafc se ha convertido en una rama más del modelo asistencialista que caracteriza la gestión gubernamental de Ortega y sus funcionarios, sin profundizar en una solución integral de los problemas más severos a los que se enfrentan los pacientes: poca cobertura médica, falta de medicamentos y una infraestructura hospitalaria desbordada por la demanda.
MEDICAMENTOS GRATIS, PERO INSUFICIENTES
A esto males es lo que se enfrenta Genovia Martínez. Su niño nació prematuramente, por lo que se encuentra bastante débil. Los médicos le han indicado que compre cinco frascos de vitaminas. “¿Con qué dinero lo vamos a comprar si somos pobres y estamos solos en esta ciudad? El hospital nos manda a comprar medicamentos, pero yo no tengo dinero”, comenta.
Le acompaña su suegra María Ortega, quien descansa en una de las bancas del hospital. Detrás de ella, un afiche rosado dice que las consultas médicas y los medicamentos son gratis. Pero el cartel no es más que un papel con letras coloridas que para nada alienta a Ortega, pues desde que vino, los médicos solo le han dado un papel con el nombre de las medicinas que deben comprar. “Nos mandan a la farmacia, pero solo compré un frasco de vitaminas que cuesta 150 córdobas”, cuenta.
El estudio del Ieepp establece que el gasto de medicamentos y materiales de reposición aumentó a partir del 2007 en un nueve por ciento. Pero, en ese mismo periodo, las consultas médicas tuvieron un crecimiento de hasta un 51 por ciento.
“La tendencia a aumentar el gasto en los rubros de medicamentos y materiales de reposición no se mantiene, pero el número de consultas ha ido en aumento. Esto trae en consecuencia que el monto disponible para medicamentos por consulta brindada, es menor en 2010 que en 2007”, sintetiza el informe del Ieepp.
“Tenés dando el doble de consulta con el mismo número de medicamentos. Si antes el medicamento no era gratuito, y tenemos la misma cantidad de medicamentos, cómo es posible que estés ofreciendo el doble de consultas. Hay un problema serio en la salud que se debe atender”, opinó al respecto Ana Quirós, del Centro de Información y Servicios de Asesoría en Salud (Cisas).
Una de las metas para el 2012 del Ministerio de Salud (Minsa) de acuerdo con sus autoridades, es lograr el 95 por ciento de abastecimiento de medicinas y materiales de reposición periódica en todas las unidades de salud. Pero, a pesar que se destinó una partida presupuestaria de 790 millones de córdobas para este año, no se logró abastecer a las farmacias del Minsa.
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