La violencia hacia las mujeres, jóvenes o menos jóvenes es uno de los problemas más cruciales de la sociedad nicaragüense. Todos los datos lo demuestran, y es importante que todos: el Gobierno, los diputados, la sociedad civil, mujeres y hombres de familia de Nicaragua se movilicen para luchar contra este flagelo. Deben saber, sin embargo, que este asunto no es exclusivo de Nicaragua: la violencia hacia las mujeres no es solamente un flagelo en Nicaragua, lo es también en Francia, donde 150 mujeres sucumben cada año bajo los golpes de sus compañeros, mientras que decenas de miles sufren de violencias físicas y/o psicológicas; este es un flagelo para la humanidad entera. Esta es una tarea que existe desde el origen de nuestras civilizaciones, la mitología griega es una sucesión de violencias hacia las mujeres, que sin duda existía desde los tiempos prehistóricos. ¿Quiere esto decir que se trata de una fatalidad?, ¿quiere esto decir que debemos bajar los brazos? ¡No, no, y no!
¿Qué sociedad es esta si la calle le parece a algunas personas menos peligrosas que su propio hogar?, ¿qué sociedad es esta, si las jovencitas salen embarazadas cuando ni siquiera han salido de la infancia, incluso antes de que puedan tener una conciencia adulta?, ¿qué sociedad es esta para imponerle a estas jóvenes la marca indeleble de la violencia, llevando en sus entrañas, sobre sus espaldas, y sobre todo cargando la responsabilidad de crímenes cometidos por otros durante toda su vida.
Estos son valores universales que debemos defender en todas partes y en todos los tiempos, que no tienen nada que ver con la tradición de tal o cual país, ni con tal o cual religión, ni con tal o cual nivel de desarrollo. Estos son valores de defensa de los derechos de las mujeres a su integridad física y psicológica que lamentablemente fundan su carácter universal sobre la violencia que se les hace, y que nosotros constatamos en todos los países de diferentes religiones y de distintas situaciones sociales.
Aquí en Nicaragua, ¿qué rol juega Francia sobre este asunto que le incumbe tan enteramente?
Claro que no se trata de dar lecciones, sino más bien de compartir valores y de hacerlos compartir por una gran mayoría. Algunos ejemplos recientes ilustran esta voluntad de compartir: junto con Alemania hemos otorgado un premio de derechos humanos a la asociación Aguas Bravas, de la cual sus responsables han podido compartir en París con nuestra ministra encargada de los derechos de las mujeres, y sobre todo han podido intercambiar con las asociaciones francesas que realizan el mismo trabajo de ayuda a la reconstrucción de la personalidad luego de las violencias sufridas por las muchachas. Con los Países Bajos y Finlandia hemos apoyado un encuentro de diputados al Parlamento Centroamericano (Parlacen) sobre el tema de los derechos de las mujeres bajo la perspectiva de la consecución de los objetivos de desarrollo del Milenio.
También somos muy sensibles al trabajo realizado por la Comisaría de la Mujer y de la Niñez, es la razón por la cual hemos apoyado su iniciativa de crear un albergue para víctimas de violencia, y les hemos entregado un presupuesto con los beneficios que obtuvimos durante nuestra fiesta nacional del 14 de julio recién pasado, una fiesta para rendir homenaje a nuestra enseña nacional, igualdad, libertad y fraternidad, siempre de actualidad especialmente para las mujeres.
También nos sentimos orgullosos de la labor realizada por la asociación francesa Médicos del Mundo (Médecins du Monde) en la región del Atlántico Norte, que realiza un formidable trabajo de sensibilización y de prevención. Uno de sus ejes de acción es trabajar con los hombres, ya que esta es ante todo una pregunta que hay que hacerles a ellos, dado que existe poca violencia de mujeres contra mujeres
Y voy a concluir citando a un escritor francés que decía: “Las mujeres que amamos son aquellas que hacemos felices”.
Discurso pronunciado por el Embajador de Francia en Nicaragua en ocasión de la celebración, el 25 de noviembre, del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.
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