Un paciente diabético es llevado a mi clínica aquejado de intensos dolores en ambas piernas que le impiden caminar. Se trata de una seria complicación de la diabetes mellitus llamada polineuropatía diabética (PN).
La PN es un trastorno que se va dando poco a poco, la que progresa afectando en especial al cuarenta por ciento de los diabéticos tipo dos, varones, de más de 50 años que llevan una década de padecimiento.
La enfermedad puede ser presentación de la diabetes (7.5 por ciento de casos) y en general afecta de entre un diez y 64 por ciento de enfermos diabéticos.
El efecto de la hiperglicemia crónica, en especial cuando se ha carecido de eficiente control, produce inflamación y destrucción de los nervios que le dan la fuerza y vitalidad a los miembros inferiores.
En ambos pies aparece un cuadro de “hormigueo o adormecimiento” que se convierte en una sensación de intenso, constante dolor y calambres que comparan con “un corrientazo que no se quita”, en especial durante las noches.
Las molestias progresan y ascienden llegando a rodillas, manos y cabeza. Algunos pacientes presentan dificultades cotidianas como abrir la puerta, subir o bajar escaleras, vestirse o peinarse.
Si los nervios de órganos internos están comprometidos (disfunción autonómica) hay resequedad de la piel o fuertes sudoraciones, presión baja, mareos, diarreas o estreñimiento, vómitos y disfunción eréctil en los varones.
Cuando examinamos al paciente detectamos que tenía disminución de la sensibilidad a pinchazos, temperatura y vibraciones. Los reflejos tendinosos abolidos. Alteraciones de la marcha como si estuviera ebrio (ataxia).
Es obligatorio estudiar estos pacientes para estar seguro que la polineuropatía o daño de muchos nervios no tenga otro origen que pueda ser curado. Siempre lo más importante será prevenir estas complicaciones cumpliendo al pie de la letra el tratamiento y seguimiento del médico internista.
¡Saludos y hasta la próxima semana!
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