San Juan / AP
Familiares, amigos y fanáticos del boxeador Héctor “Macho” Camacho acudieron ayer a decirle adiós en un velorio y homenaje realizado en Puerto Rico.
Cientos de personas pasaron ante el féretro abierto de Camacho, dentro de la sede del Departamento de Recreación y Deportes en la capital puertorriqueña.
El gimnasio fue acondicionado para la ocasión con alfombra y cortinas negras. El cadáver fue vestido de blanco y llevaba entre las manos un crucifijo dorado.
Sobre el pecho tenía una gruesa cadena de oro con un dije que decía “Macho”, en mayúsculas.
Su madre, María Matías, lloró y le acarició el rostro a Camacho, poco antes de que comenzara el servicio. El ataúd estaba envuelto en la bandera de Puerto Rico. “Lo mataron”, dijo entre llanto Matías en un momento de la ceremonia.
Camacho fue atacado a tiros el 20 de noviembre, cuando estaba sentado en el interior de un automóvil, con un amigo, frente a un bar en Bayamón, su ciudad natal.
Falleció tres días después, cuando los médicos lo desconectaron de un respirador artificial. Después de que la familia se acercó al féretro, fueron pasando frente a este miembros muy diversos de la sociedad puertorriqueña.
El homenaje durará un par de días. Los familiares no han anunciado todavía el lugar y fecha del sepelio. Su abogada, Linda George dijo a Radio Isla 1320 que este se realizaría en Nueva York.
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