Ginebra/EFE
Los homicidios con arma de fuego son un fenómeno urbano, según un informe publicado hoy por la organización “Small Arms Survey”, que indica que en Costa Rica, Guatemala y El Salvador más del 60 por ciento de estos crímenes ocurre en ciudades de más de 50.000 habitantes.
El informe titulado “Violencia urbana armada” señala que las capitales de los países concentran buen parte de la violencia, como por ejemplo Ciudad de Guatemala o Managua, que contabilizan un 42 por ciento del total de los homicidios armados a nivel nacional.
El estudio, basado en cifras oficiales, revela también las altas tasas de violencia en las áreas fronterizas, como en el caso de pueblos y ciudades entre Guatemala y Honduras, y Guatemala y México.
“Esto puede ser un indicio del impacto de los patrones de violencia relacionados con las actividades del crimen organizado que se registran en las zonas fronterizas”, indica el documento.
Los autores del informe no se pronuncian de manera taxativa sobre los motivos por los cuales hay más violencia en las ciudades e incluso plantean la pregunta de si realmente es así.
“Con respecto a la medición de la violencia, queda abierta la pregunta acerca de si los niveles de violencia son el resultado de una mayor presencia de instituciones encargadas de combatir el crimen y la violencia”, señala el estudio.
“En otras palabras, es verdad que hay más crimen y violencia en las ciudades, o es que una intervención policial más eficaz y un registro más fiable de estos eventos genera tasas más altas de víctimas en las ciudades?”, se preguntan los autores.
Se cita en este sentido un reciente sondeo realizado en Kenia, según el cual los habitantes de centros urbanos están más dispuestos a denunciar crímenes que los habitantes de zonas rurales.
En el cono sur de América, los homicidios con armas de fuego también son fenómenos típicamente urbanos, como en el caso de Brasil, donde el 65 por ciento de los homicidios cometidos en las ciudades se cometen con armas de fuego, en robos y atracos.
En los núcleos urbanos medianos este porcentaje es del 55 por ciento y en las zonas rurales del 53 por ciento.
Otro elemento significativo es el de personas que fallecen o resultan heridas a causa de balas perdidas en tiroteos.
En Colombia, por ejemplo, las balas perdidas hirieron a al menos 1.200 hombres y a casi 500 mujeres entre 2001 y 2011, con el 90 por ciento de los casos registrados en áreas urbanas.
El fenómeno de la violencia urbana se manifiesta también en el vecino del norte Estados Unidos, un país con un altísimo número de armas de fuego en manos de la población.
Dice el informe que 50 áreas metropolitanas del país analizadas recientemente, en las que vive el 54 por ciento de la población, registraron el 67 por ciento de los homicidios con arma de fuego.
El estudio clarifica que el tamaño de las ciudades no parece tener una relación directa con cifras más elevadas de crímenes violentos, pero indica que sí existe una correlación entre una mayor tasa de urbanización y mayores cifras de violencia.
Otro factores decisivos son el desempleo, las altas tasas de población joven, los bajos niveles de educación, el deficiente diseño urbano y la alta densidad de población.
Por ejemplo, en Sao Paulo (Brasil) los distritos que registran las mayores tasas de violencia son los mismos que arrojan las cifras más altas de habitantes con unos ingresos equivalentes a la mitad del salario mínimo oficial.