¿Más de lo mismo?

Pablo Fletes

Este sábado en el MGM Grand de Las Vegas, Nevada, el filipino Manny Pacquiao y el mexicano Juan Manuel Márquez se enfrentarán por cuarta ocasión, en un combate que ha conseguido despertar el interés mundial por la enorme promoción que ha recibido de parte de la empresa promotora Top Rank.

Sin embargo, en términos reales, la pelea parece no prometer mucho. Se verá a un diezmado Pacquiao, quien viene de perder contra Timothy Bradley, inflado desde categorías inferiores, ante un envejecido Márquez, de 39 años de edad, que nuevamente se ha propuesto vencer al filipino en el ring.

Dos peleas las ha ganado Pacquiao, Márquez apenas consigue un empate en la tercera. Pero el último enfrentamiento de hace un año, dejó muchas dudas.

La mayoría vio ganar a Márquez, pero Pacquiao fue favorecido con una decisión mayoritaria que ha sido cuestionada largamente.

El “Pacman”, por su parte se ha visto diezmado en sus últimos combates. Desde hace tres años ante Miguel Cotto, no consigue un triunfo por la vía del nocaut.

Y llama la atención que los cuestionamientos por el supuesto uso de sustancias prohibidas, sobre todo de parte de Floyd Mayweather Jr., han coincidido con esa falta de poder del filipino para conseguir sus triunfos por la vía rápida.

“El próximo sábado necesito probar algo y estoy listo para eso, estoy esperando una gran pelea con más acción y gente que disfruten eso. No pienso más que en eso”, dijo Pacquiao, ayer en la última conferencia de prensa en Las Vegas.

Aunque no aclaró qué quiere probar, Pacquiao se vio seguro para este combate. Sabe que debe ganar para convencer y buscar un enfrentamiento millonario con Mayweather Jr.

Márquez, en cambio, está en el ocaso de su carrera y busca un triunfo importante para retirarse. Veremos qué pasa este sábado, pero ojalá los jueces no sean los protagonistas, sino los peleadores como generalmente debería ocurrir.

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