José Adán Silva/Rosmalia González
Piedras, llantas quemadas, morteros, puños alzados y mucha rabia, fue una fórmula eficaz para que pequeños y medianos comerciantes del Mercado Oriental lograran obtener lo que no pudieron mediante los reclamos formales: una respuesta sobre los abusos de la Dirección General de Aduanas (DGA).
“Se comprometió (Medrano) que ya no habrá multa, sin embargo, se tendrá que pagar los nuevos impuestos, eso es intocable”, detalló Jackeling Gutiérrez, comerciante que lideraba la protesta.
Por ello, desde el mediodía de ayer, los afectados empezaron a desembolsar el dinero para pagar y tratar de liberar la mercadería retenida, pese a que consideran que era un impuesto arbitrario.
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Cerca de 200 comerciantes de diferentes sectores del Mercado Oriental llegaron ayer a la sede de Aduanas para reclamar por la fuerza ante lo que ellos consideran un abuso institucional de la DGA.
Esta dependencia les ha retenido por varias semanas, incluso meses, mercadería importada para su venta en la actual temporada navideña.
Esta semana los comerciantes, individualmente primero y luego organizados, llegaron a solicitar a la DGA que liberara la mercancía retenida porque estaban perdiendo la temporada de mayor venta del comercio local. Los ignoraron y dieron largas al asunto en Aduanas.
Ayer, para ejercer presión, los comerciantes quemaron llantas y detuvieron el tráfico frente a las oficinas centrales de la Dirección General de Servicios Aduaneros, ubicadas en la Carretera Norte. Se tomaron los estacionamientos, bloquearon portones y se plantaron frente a las oficinas para exigir una respuesta a sus solicitudes.
Según ellos, desde hace más de tres semanas Aduanas tiene secuestrados tres contenedores, en su mayoría con ropa guatemalteca, calzado y juguetes para la temporada, que no libera porque exigen más pago de impuestos.
El lunes empezó la protesta, sin embargo, ese mismo día los comerciantes y Aduanas habían llegado a un acuerdo mediante el cual ayer miércoles les entregarían su mercadería, pero llegó el momento y no les respondieron.
Eso enfureció a la gente. Los vendedores volvieron a cerrar sus tramos en el mercado, se organizaron y regresaron a protestar, esta vez con morteros, llantas y pancartas, dispuestos a hacerse oír. En el lugar se encontraron con una sorpresa que los irritó más.
Un documento firmado por Héctor Pavón, director de la División de Fiscalización de Aduanas, “reveló” que en los contenedores supuestamente había más mercadería de la que estaba declarada, así que debían pagar una multa de 2,600,000 córdobas.
El escrito explicaba que había 2,282 docenas más de ropa. “Al parecer el contenedor parió”, expresó furioso el comerciante Fernando Hernández.
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