Moisés Martínez
El Gobierno, por medio del Instituto Nicaragüense de Seguridad Social, poco a poco se ha venido apropiando de Empresas Médicas Previsionales que por una u otra razón han salido del control de sus dueños.
Esto lo convierte en un competidor fuerte del sistema privado de salud.
Sin embargo, para Ismael Reyes, presidente de la Cámara de Empresas Médicas Previsionales y propietario del Hospital Salud Integral, caracterizado por su lenguaje franco y a veces procaz, esto no significa un riesgo para el gremio que representa.
“El Gobierno es un buen competidor para nosotros, porque es un pésimo administrador. No da un buen servicio y en la medicina es bien difícil dar un servicio satisfactorio, porque lidias con gente enferma que quiere que le resolvás rápido. Llegan con catarro y quieren salir sin catarro”, sentencia Reyes.# Asegura que pese a todos los inconvenientes y reclamos de los afiliados, en las Empresas Médicas Previsionales se brinda una mejor atención que en el sistema público de salud. mala herencia# Esto debido a una la herencia del Minsa de maltrato y mala atención a los pacientes.
“Aquí se atiende mil veces mejor que un hospital público. La gente está ubicada en los hospitales públicos, que no tienen la costumbre de tratar bien a la gente. Los ven como cualquier cosa. Aquí al menos se trata, se capacita a la gente para que dé un buen trato. Y es que el Minsa tiene una herencia de años de mal trato, y no es de ahorita, y no es de la noche a la mañana que se va a arreglar eso”, explicó.
—¿Pero las quejas por el mal servicio o el trato del personal de las Empresa Médicas Previsionales son muchas, y constantes?
“No quiero justificar, porque en todas partes, en todos los servicios, hay días en que por x o y motivo se te dañó el programa de computación y te atrasastes y la fila se puso larga y la gente se queja”. # “No toman en cuenta si acaso faltó personal o el médico llegó desvelado, pero te insisto, no es la norma; la norma es tratar de satisfacer a todo el mundo. Muchas veces es culpa de la empresa, otra es de la gente que viene que quiere tratar al personal como basura, y no es así. Es compartida la cosa”, respondió.
EL QUE COTIZA MÁS Y EL SANO SUBSIDIA AL ENFERMO
¿Cómo funciona el esquema financiero de las previsionales? De acuerdo a Reyes, el INSS regularmente, exceptuando casos en los que se requieran tratamientos médicos fuera de la cobertura establecida en el contrato entre la empresa y el afiliado que requieren montos adicionales de parte del Seguro Social, reconoce un promedio de 340 córdobas mensuales por cada asegurado. Sin importar si este o no hace uso de los servicios de la Empresa Médica Previsional.
“Nosotros fácilmente gastamos el doble por cada asegurado (680 córdobas). Y además, el asegurado, cuando es varón, acarrea como beneficiarios a la mujer en los partos y a los hijos hasta los 12 años. ¡Por 340 córdobas cubrís a los tres, a los cuatro y a los cinco!”, exclamó.
“Este es un modelo solidario, en el que cotiza más recibe lo mismo que el que cotiza menos, y el sano subsidia al enfermo”.
“Porque si de pronto se me vienen como 100 asegurados y sus beneficiarios con problemas de salud, mejor cierro esto y salgo en carrera. Por eso es que el problema es cuando se dan epidemias de dengue, de todo, hasta epidemias de parto, porque lo que es Semana Santa, diciembre y enero, les agarra una paridera arrecha a las mujeres, y vos tenés que cubrir todo”, añadió.
TODOS EN EL MISMO SACO
Reyes defendió el programa desarrollado por el Seguro Social, aduciendo que la cobertura a los afiliados es bastante buena tomando en cuenta las condiciones socioeconómicas de Nicaragua, a las que atribuye muchos de los reclamos y quejas de los usuarios.
“El programa del seguro social ha mejorado mucho. Acordate que este es un país pobre, donde mucha gente viene a solicitar los servicios médicos no para él, sino para el vecino. Vos sabés que la medicina es bastante subjetiva. O sea si vos decís que tenés dolor de cabeza, yo te tengo que creer, no te voy a mandar a hacer una tomografía por un dolor de cabeza”, observó.
“Pero tal vez, el que tiene el dolor de cabeza es el papá, el abuelo o el tío del vecino. Otro problema es la falta de identificación de los afiliados, muchas veces te meten un niño que no es el del afiliado. ¿Cómo hago yo para adivinar que es el hijo de él?” se preguntó.