“El secreto de la paz está en el respeto de los derechos humanos ”. Juan Pablo II.
La celebración a los Derechos Humanos ayer 10 de diciembre tiene su origen en el año 1950. En este año la Asamblea General de las Naciones Unidas invitó a todos los Estados y organizaciones interesadas a que el 10 de diciembre observaran el Día de los Derechos Humanos (resolución 423, V).
En un principio, la declaración iba a ser titulada Los derechos del hombre pero gracias a Eleanor Roosevelt, presidente de la Comisión y feminista, se planteó que el término excluía a las mujeres y consiguió que en su lugar figurara Derechos Humanos.
Los Derechos Humanos se sostienen sobre dos pilares esenciales de la humanidad: la libertad y la plena igualdad entre todos los seres humanos. Condiciones inherentes a todo ser humano sin ningún tipo de limitaciones, sean estas: culturales, económicas, étnicas, sexuales, ideológicas, etc. El concepto de Derechos Humanos hace referencia al sentido de la dignidad humana antes que a cualquier formulación jurídica o política.
La celebración del Día Universal de los Derechos Humanos merece, pues, una atención muy especial para quienes nos hemos implicado en la construcción de un futuro sostenible en libertad, justicia, igualdad, tolerancia, educación, salud, trabajo digno, vivienda, integridad física y moral; erradicando de nuestra sociedad de una vez por todas la represión, violencia y la discriminación dirigida a los discapacitados, mujeres, niños, pobres, migrantes, las minorías y todos aquellos que son considerados diferentes por su ideología política, para orientar positivamente el presente y el futuro de nuestra nación nicaragüense, ya que en un país donde no se respeten los Derechos Humanos de sus ciudadanos y su dignidad como persona humana, no puede haber libertad, paz y justicia.
El Día Universal de los Derechos Humanos fue un día de frustración para la mayoría de nicaragüenses, porque mientras el Gobierno que promueve de manera falsa lo cristiano, lo solidario y lo socialista siga violando nuestra Constitución Política, el derecho al trabajo, salud, educación, libertades civiles, seguridad social, igualdad, justicia laboral que es parte de la justicia social y sobre todo el Estado de Derecho, existirá la paradoja de que en Nicaragua se deba celebrar El Día Universal de los Derechos Humanos.
Hoy en día en nuestro país de múltiples formas se siguen violando nuestros Derechos Humanos, y por eso es una batalla que tenemos que ganar, aunque sabemos que será dura y larga. Pero me pregunto: ¿habrá algo más bonito que luchar por unos ideales, por alcanzar una fantasía? La declaración universal, los pactos y las convecciones de los Derechos Humanos pertenecen a todos y corresponde ahora más que nunca leerlos, estudiarlos, promoverlos y reivindicarlos como nuestros, ya que no son simples documentos que trascienden en las culturas y tradiciones, si no que son partes de un compromiso internacional y legislativo en materia de Derechos Humanos.
El respeto a los Derechos Humanos en Nicaragua solo se podrá lograr si existe voluntad política por parte del Estado, ya que de lo contrario se estaría violando uno de los elementos de nuestro Estado de Derecho que es el reconocimiento y respeto a los Derechos Humanos. El autor es Abogado Especialista en Derecho Laboral y Constitucional con mención en Derechos Humanos.
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