14
días
han pasado desde el robo de nuestras instalaciones. No nos rendimos, seguimos comprometidos con informarte.
SUSCRIBITE PARA QUE PODAMOS SEGUIR INFORMANDO.

La Managua que nunca existió

Poníale tesón a mi memoria buscando-rebuscando en los sucesos ocurridos de diciembre 1972 en adelante, después que un Richter tal por cual cambio mi historia y la del resto nacional conciudadano, del shock no escribiré, no vine aquí a contarles

Edwin Mauricio Mejía B.

Poníale tesón a mi memoria buscando-rebuscando en los sucesos ocurridos de diciembre 1972 en adelante, después que un Richter tal por cual cambio mi historia y la del resto nacional conciudadano, del shock no escribiré, no vine aquí a contarles Cuentos Madrigales pues el tiempo transcurrido —siempre constante— se ha encargado de diluir-difuminar emociones sucedidas en mi tiempo, mi memoria y mi persona.

Entiendo bien que un ocurrir con una magnitud tectónica, social, económica y política afecte a cualquiera —incluyendo insensibles que dictan, ordenan y ejecutan— mas quiero opinar aquí acerca de lo nunca reconstruido, antes que un nuevo fortuito-inesperado encuentro con otro Richter o Mercalli ocurra en Managua o en otras locaciones nacionales, tomándonos de nuevo en lapso de descuido social, urbano y ciudadano.

Ese año, aun gozábamos-sufríamos la gubernatura de Anastasio heredero en turno de un clan familiar encastado-entronizado por encima de herencias liberales de Zelaya, Sandino, de héroes, mártires y resto nacional ilusionado con nuevo gobierno sirviendo a la familia Nicaragua, no ahondaré más sobre este asunto —considerando— que después de haber sido tan trillado, quede sustancia alguna en la semilla para alimentar siquiera a un gusano.

[doap_box title=”El ancla oxidada” box_color=”#336699″ class=”aside-box”]

La otrora hermosa navecilla Managua-Manahuac hora piragua, hora chalana, metida a navegar en revueltos mares de intrigas internacionales, nave en descuido, con tablas secas, despintadas, remendadas, con sucios y parchados jirones por velamen —ancla oxidada— y harapo-hambrienta tripulación readiestrada a releer-reaprender en mismo desgastado silabario el repetido cuento de la ruta hacia la historia: la antihistoria, generación aleccionada para creer que con anafe a kerosene donado-fiado se obtiene capacidad de vuelo cósmico —al infinito— y hasta ganar carrera espacial a la tal Nasa.

[/doap_box]

Por ello —siguiendo empeño— a pesar de haber oído tantas veces que las cosas son como son y no como deberían ser, insisto nuevamente, luego de percibir la presencia conceptúo-material de una Managua inexistente en Nicaragua, urbe que aunque siguió creciendo no fue reconstruida-reconstituida en lógica evolución urbana entre 1973 y 2012, sensación que cuando se me instala me deja tan mal sabor en boca, testa y corazón que tengo que expelerla, me cueste lo que sea, incluso la razón, más aclarando; si existe la teoría de la materia-antimateria, hipótesis científica de alto rango de pensamiento acerca del estado-situación del cosmos-universo, sea lógico también, darle cabida a la hipótesis de la historia y la antihistoria, —oh Alá— me traten bien por mi osadía, ingenuidad y/o mi libre pensamiento.

La ANTI-HISTORIA

Por ello sin preámbulo afirmo; vivimos en estado de antihistoria, suerte de contexto virtual-intemporal donde de todo lo actuado-acontecido solo se admite registro de; astucia, malicia, oprobio y mentira realizada en nombre o por mandato oficial del oficioso, aunque no lo deseemos, queramos o creamos es ahí donde somos-estamos-existimos aun habiendo sido —o no— actores principales, secundarios, marginales, de su antítesis: la historia.

Fuimos —aunque aún somos y seguimos siendo— la última generación que atacó-atracó con éxito el navío de un soberbio-megalómano caudillo, la que tiró por proa-borda a capitán, contramaestre y marineros sin saber alzar ancla, elevar velas, tomar timón o seguir curso, la que se apropió de cargamento ajeno consignado-pirateado por garfios capitanes anteriores, “bergantes” que desviamos curso de un endeble bergantín hacia otros puertos en los que ni nos conocían —ni nuestra carga—, generación hora adentrada en desconocidas rutas con solo un astrolabio, sextante o telescopio, mucho cañón, metralla y pólvora suministrados por más de un empresario interesado en el geopolítico negocio del poder, la hegemonía y la riqueza, navegantes de turbios mares saturados de trombas, tifones y huracanes de los que solo por gracia de Dios salimos salvos, que zozobramos y fuimos rescatados y en ínterin en piratas-bucaneros nos tornamos —aunque supimos de abordajes y contra-pirateo en propia nave y mares interiores—, en seres incapaces de ver el rol de rémora dictado por monstruos marinos gobernantes de propias y contaminadas antihistorias, en eso nos volvimos o hacia eso nos tornaron.

MEDITACIÓN EN MIAMI

Managua barcaza que navega a contraviento, contramarea, que nada-navega hacia atrás —cual cefalópodo— mientras demás embarcaciones de igual tiempo de construidas, hora son hermosos, yates, cruceros, transatlánticos.

Poníale tesón a mi memoria buscando-rebuscando, luego de errar y meditar por Miami Beach, Winwood, Desing District y resentir la arquitectura Art Deco, el urbanismo-urbanidad que allá en Penefi —contramarea— aún perdura y persevera pues me permite percibir de varias formas la existencia real de mi Managua —solo que desafortunadamente hay que salir de la Patria para verla—.

Poníale tesón a mi memoria buscando-rebuscando en los sucesos que siguen ocurriéndome en Miami al darme cuenta que no es emocional lo que yo siento, pues es real-racional mi pensamiento.

Poníale tesón a mi memoria, buscando-rebuscando en los sucesos ocurridos de diciembre 1972 en adelante, después que un Richter tal por cual cambio mi historia y la del resto nacional conciudadano.

Cultura los 60 Managua pasado archivo

Puede interesarte

COMENTARIOS

  1. julio
    Hace 11 años

    Mucha poesia y lenguaje rebuscado. Hay que escribir de forma clara lo que se quiere expresar.

×

El contenido de LA PRENSA es el resultado de mucho esfuerzo. Te invitamos a compartirlo y así contribuís a mantener vivo el periodismo independiente en Nicaragua.

Comparte nuestro enlace:

Si aún no sos suscriptor, te invitamos a suscribirte aquí