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TERREMOTO
Más de cincuenta funcionarios ocupando sus cargos con términos vencidos, un presidente inconstitucional, el sistema electoral en ruinas, una policía que oscila entre ser la policía de un partido y la de un país, juicios con sentencia previa, leyes que se tuercen y se acomodan como plastilina No hay mucho de lo que sentirse orgulloso. Basta mirar alrededor para encontrarse con escombros de un país que fue demolido piedra por piedra y que parece ser ahora la hacienda de una familia. ¿Cómo llegamos hasta ahí? Parafraseando a Vargas Llosa: ¿En qué momento se jodió Nicaragua?
LEY DISPAREJA
¿Cuál es la diferencia entre un hombre que asesina a una mujer por celos y una mujer que mata a otra mujer por las mismas razones? Aparte de los genitales, ninguna, y la pena debería ser la misma para ambos. Sin embargo, la nueva ley contra la violencia hacia la mujer establece que si el crimen lo comete un hombre es femicidio, y por lo tanto el castigo es más severo que si lo comete una mujer. Yo soy de los que piensan que hay que hacer todo para detener la matanza de mujeres, pero no creo que sea creando estas desigualdades que se logrará. No se trata de criminalizar el ser hombre, sino criminalizar los hechos y comportamientos que están matando a nuestras mujeres. Y, si bien es cierto, son frecuentemente hombres los asesinos, también pueden ser mujeres las hechoras, tal como sucedió con el caso de la lesbiana que mató a su pareja en Chinandega.
MONEDA FALSA
Aceptémoslo: no hay oposición en Nicaragua, lo cual por sí solo serviría para diagnosticar la enfermedad que aqueja a esta sociedad. Poder y oposición son dos caras de la misma moneda en una sociedad democrática. La oposición funciona como un contrapoder. Representa el equilibrio. Exigir una oposición activa y vigorosa no tiene nada que ver para mí con simpatías o antipatías políticas, sino con ese elemento esencial a la vida de una sociedad democrática. ¿Puede la sangre tener solo glóbulos rojos? No. Faltan los blancos. ¿Puede el agua tener solo oxígeno? No. Falta el hidrógeno. ¿Puede una sociedad democrática funcionar solo con el poder? No. Falta la oposición. Y esa es la gran deuda que tienen aquellos que se han atribuido ese papel pero representando los intereses del poder, y de esta forma han convertido a Nicaragua en una sociedad tan democráticamente falsa como un córdoba de dos caras iguales.
NOVO MARE
Si Nicaragua continúa sin hacer presencia en el mar que le otorgó el fallo de La Haya, pronto vamos a tener de regreso los mismos problemas que originaron el diferendo. Porque la costumbre crea derecho y fabrica gatos bravos. Colombia está ahí con sus fragatas y sus pesqueros, en el mar que ya quedó claro no es suyo. Nicaragua parece conformarse, como siempre, con saber que eso le pertenece, sin preocuparse por ejercer la soberanía que le corresponde. Y la soberanía comienza a establecerse con pequeños actos, desde la presencia del presidente en la zona, tal como lo hizo Juan Manuel Santos, de Colombia, y no Ortega, de Nicaragua, hasta un gobierno que alienta la inversión y la exploración científica.
DESEQUILIBRIOS
Tenemos dos desequilibrios que dejan poco chance al optimismo en Nicaragua. Por un lado, el político donde un grupo de poder gobierna solo, sin que ninguna oposición represente a la otra parte, a los distintos a ellos. Y por el otro lado, el administrativo, donde una institución ha absorbido a las otras, destruyendo el balance de poderes destinado a establecer los límites del poder de cualquier persona. Y si la clase política no hace nada para restablecer el equilibrio a través de los instrumentos democráticos, por supuesto elecciones libres incluidas, se está dejando la puerta abierta a la violencia que, tarde o temprano, generan estos desajustes.
CINISMO
Y ahora viene el Gobierno a pedirle asesoría a la OEA para mejorar el sistema electoral. Cinismo en vivo. Cualquier niño de primaria puede decirle en cuatro palabras lo que hay que hacer para restablecer las elecciones en Nicaragua: Elijan nuevos funcionarios electorales, escojan a gente honesta, despartidicen la estructura electoral, permitan la observación electoral nacional e internacional y cuenten los votos de los ciudadanos. No tiene ciencia ni tienen que ir a la OEA a buscar asesoría.
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