Lucía Navas
Los resultados obtenidos por el sector industrial el año que concluye son muy positivos. Obtiene el seis por ciento de crecimiento como combinación dinámica de las diferentes actividades que integran a la industria.
[/doap_box][doap_box title=”Rubros líderes” box_color=”#336699″ class=”aside-box”]
442.4 millones de dólares suman las exportaciones de oro en bruto entre el 1 de enero y el 19 de diciembre.
209.7 millones de dólares de ingresos al país representa lo exportado en azúcar.
70.4 millones de dólares suman por leche las exportaciones.
[/doap_box][doap_box title=”El arroz golpeado” box_color=”#336699″ class=”aside-box”]
La Asociación Nicaragüense de Arroceros (Anar) estima en siete millones de quintales del grano en todo el ciclo productivo. Es un crecimiento importante tomando en cuenta que la producción arrocera en promedio los últimos años era de cinco millones de quintales, siendo deficitaria para satisfacer el consumo nacional que se estima en 7.5 millones de quintales actualmente.
El problema es que el arroz de esta cosecha es de mala calidad en un ochenta por ciento, debido al cambio climático. Las altas temperaturas por las noches causaron una maduración no uniforme y el grano de arroz resultó con yeso y quebrado.
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El más destacado es el sector agroindustrial, donde los ingenios azucareros son líderes, seguidos muy de cerca por las plantas lácteas.
Mario Amador, presidente de la Cámara de Industrias de Nicaragua (Cadin), cree incluso que puede llegarse al 6.5 por ciento “con el último impulso” de las empresas.
La industria como sector es el cuarto que más aporta al Índice Mensual de la Actividad Económica (IMAE), según lo registra el Banco Central de Nicaragua (BCN). Pero Cadin no está tan de acuerdo con esa posición, al sostener que el aporte es mayor, pero que está mal estimado por el BCN al separar varias actividades propias de la industria al hacer la medición.
“El Banco Central divide al sector industrial de forma equivocada”, afirma Amador. Menciona el caso de la manufactura textilera, a la cual el BCN la mide fuera del sector industrial, cuando por ser una actividad de procesamiento de materias primas le pertenece.
Eso hace —indica Amador— que al momento de clasificar el número de empleos separe a la zona franca del resto de actividades industriales. “Si sumas zona franca, más industria típica debemos andar en ocho por ciento de crecimiento económico”, afirma.
INGENIOS INVIERTEN
Los ingenios productores de azúcar son líderes en producción e inversiones en aumentar la generación de energía limpia. Los ingenios Montelimar y Benjamín Zeledón completarán el próximo año sus inversiones millonarias con esos objetivos.
“El Ingenio Montelimar (ubicado en Managua) el año que viene invertirá en ampliar su producción y capacidad de molienda, lo cual le permitirá generar entre 30 y 35 megavatios de energía”, indicó Amador.
Representa “solo de inversión eléctrica entre 60 y 80 millones de dólares porque es pasar de producir cero hasta a 35 megavatios y para ello puso en marcha un plan de expansión a partir de este año”.
En el caso del Ingenio Benjamín Zeledón, en Rivas, sus planes de inversiones rondan los cien millones de dólares en 2013. Pero la preparación se hizo sentir en 2012, que están resultando en mayores niveles de producción de azúcar. El objetivo es pasar de moler 4,500 toneladas de caña por día a siete mil toneladas.
El Ingenio Monte Rosa iniciará la instalación de su fábrica de alcohol y el Ingenio San Antonio empezará el cambio de su caldera.
Cadin sostiene que la mayoría de las plantas agroindustriales, como los mataderos y las plantas lácteas, ampliaron sus capacidades, permitiéndoles obtener crecimientos productivos importantes, motivados por la demanda de exportaciones a países como Venezuela.
Las fábricas del sector metal mecánico “también crecen bastante”, dijo Amador.
Estos resultados para Cadin dan un 2012 bueno, mas no excelente porque aún no hay megaproyectos que empujen con fuerza la actividad. Año con año la industria crece entre seis y ocho por ciento.
“No han habido inversiones grandiosas que se instalen, como pasó hace cinco años con la Planta Centrolac, pero no es un mal año”, reconoce Amador. Lo positivo es que constantemente la industria debe invertir para mejorar sus procesos para evitar perder mercado ante la competencia centroamericana.
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