Tania Sirias
“(Daniel) Ortega y la Rosario (Murillo) están perturbados por el afán de un poder desmedido”. Además “expresan una ansiedad por el dominio autocrático, totalitario y dictatorial” al pretender la reelección del secretario general del Frente Sandinista para las próximas elecciones presidenciales de 2016, opinó la exguerrillera Dora María Téllez, miembro del Movimiento Renovador Sandinista (MRS).
Lamentó que “esta idea retorcida” de la pareja presidencial se debe a una idea descabellada por tener el control, el cual provoca daño al país, ya que ejercen el poder de manera ilegal, restando institucionalidad.
“En lugar de que haya una política económica y una política social, lo que hay son prebendas que la familia en el poder reparte y al que no les parece su forma de gobernar le reparten castigo y esto no contribuye al desarrollo de Nicaragua”, sostuvo Téllez.
Además comparó a Ortega con la misma ambición “dinástica” de Somoza y auguró que “francamente” no cree que “la dictadura sandinista llegue al nivel de extensión que tuvo la somocista, porque estos tienen los días contados y serán más rápidos ya que los tiempos no son los mismos”.
Tras ese anuncio, la Conferencia Episcopal de Nicaragua acusó al Gobierno —aunque sin mencionar directamente a Ortega— de ejercer la autoridad “en modo autocrático y abusivo” y tener un “deseo desmedido” de “perpetuarse” en el poder.
“La vida política del país está hoy dominada por un estilo de ejercer la autoridad en modo autocrático y abusivo, que se manifiesta a través de la concentración de poder y el deseo desmedido de conservarlo y perpetuarse en él”, afirmó el secretario general, el obispo Silvio Báez.
Dora María Téllez dijo que una nueva candidatura de Ortega vendría “a confirmar un proyecto fascista”, porque “hay un afán totalitario”. EFE
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REELECCIÓN: “UN DISPARATE”
Por su parte, el jurista constitucional, Gabriel Álvarez, lo calificó como “un disparate, algo inoportuno, desafortunado, pero que a la vez no causa más daño que en lo que en este momento está causando, con un Estado fallido, debido a la ilegalidad en que se encuentran los funcionarios del alto rango de este país.
Agregó que Nicaragua tiene un “Estado hecho trizas”, pues todas sus actuaciones son ilegales e ilegítimas.
Por lo tanto, que la secretaria de Comunicación y Ciudadanía, Rosario Murillo, anuncie que el presidente inconstitucional, Daniel Ortega, se reelegirá para el 2016 no es el problema, sino la ilegalidad en que se encuentra en este momento el Estado nicaragüense, consideró el constitucionalista.
Álvarez lamentó que todos los poderes del Estado están desintegrados, pues no están conformados de acuerdo a la legalidad y la legitimidad.
CUESTIONAMIENTOS DE ILEGALIDAD
“El presidente tiene enormes cuestionamientos de legitimidad por los fraudes electorales que permitieron su reelección. A esto se suma que los ministros, directores y presidentes de entes autónomos, la Contraloría e incluso el servicio exterior y la misma directora de la Policía Aminta Granera, son ilegales e ilegítimos, pues requieren su ratificación por la Asamblea Nacional”, indicó, tras agregar que el único funcionario que ha sido ratificado por la Asamblea Nacional es el presidente del Banco Central, Alberto Guevara.
Expresó que todos estos funcionarios fueron ratificados a través de un decreto presidencial inconstitucional, por lo tanto sus acciones son ilegales porque no cumplen los requisitos.
“En el caso del poder electoral, todos son ilegítimos, igual pasa con el poder judicial, donde la mitad de los magistrados ocupan cargos de manera ilegal”, dijo el abogado constitucionalista.
ELECCIONES IRREGULARES
El jurista afirmó que la misma Asamblea Nacional está integrada por medio de un proceso electoral, que fue seriamente cuestionado de fraudulento. En el caso de los municipios, donde el partido de gobierno se alzó con la victoria en 134, de 153 municipios del país, también fueron señalados con serias irregularidades.
“Aunque los partidos de oposición solo hayan cuestionado tres o cuatro municipios del país, la ilegitimidad, la desacreditación y el desprestigio es en todo el proceso electoral”, señaló Álvarez.
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