Wendy Álvarez Hidalgo
La industria textil nicaragüense, que opera principalmente bajo el régimen de zona franca, ve con timidez el mercado de la Unión Europea (UE). Eso a pesar de que es un destino comercial donde ya exporta sin gozar de los beneficios del Acuerdo de Asociación que Centroamérica suscribió con esa región, cuyo pilar comercial entrará en vigencia en el primero o segundo trimestre del 2013.
Las expectativas que este sector tiene con ese mercado no es comparable con la generada por el DR-Cafta, (Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos), admiten representantes de la industria. ¿Por qué? La cuota asignada representa casi el veinte por ciento de lo que Nicaragua vende a Estados Unidos (300 millones de consumidores) y tampoco creen que textileras europeas se instalen en el país como sí ocurrió con la entrada en vigencia del DR-Cafta.
1,752 millones dejó en divisas al país las exportaciones de productos que venden las empresas de zona franca en 2011.
1,277 millones de dólares generaron las empresas de zona franca en 2010.
972.1 millones de dólares aportaron las empresas que operan bajo el régimen de zona franca en 2009.
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Dean García, director ejecutivo de la Asociación Nicaragüense de la Industria Textil y de la Confección (Anitec), dijo que el esfuerzo será aún mayor en el proceso de exploración de mercado para llegar a aquellos nichos europeos que demandan el mismo tipo de productos que confecciona el país.
Del total de las exportaciones de productos textiles de Nicaragua hacia el exterior, la UE aporta, estima, cerca de cien mil dólares. Se está vendiendo pantalones a Turquía y ropa interior a Dinamarca.
El sector no se atreve a estimar el crecimiento de sus ventas hacia la UE una vez que el AdA esté en vigencia, porque dice “que es un mercado prácticamente desconocido, por así decirlo”. En lo que sí están seguros es que Nicaragua fue uno de los países centroamericanos que mejor pacto comercial logró durante las negociaciones del acuerdo en materia textil.
Resulta que la Unión Europea, con 500 millones de consumidores, aprobó a Nicaragua una cuota de hasta 12 millones de unidades de prendas diversas. Es decir, por ejemplo, Honduras “peleó” por una cuota solo en calcetines, en contraste Nicaragua podrá exportar prendas de vestir diversas: camisas, pantalones, ropa interior, calcetines, entre otros.
La venta de ese cupo textil, que crecerá anualmente un cinco por ciento, dejaría al país en ingresos unos 200 millones de dólares.
PARQUES CON POCAS EXPECTATIVAS
Quienes están con expectativas moderadas son los propietarios de parques industriales de zona franca. El representante de la Federación de la Cámara Nicaragüense de Zonas Francas Privadas (FCNZFP), Gerardo Hernández, dice que posiblemente las empresas soliciten la ampliación de los parques con el incremento de las exportaciones, pero no cree que haya una masiva llegada de empresas de este tipo, principalmente textiles.
Hernández duda en que una vez puesto en vigencia el AdA, los parques de zona franca crezcan el cuarenta por ciento en ocupación tal como ocurrió con el DR-Cafta. “No crecerá tanto así, puesto que el mercado natural de nuestras exportaciones está más orientado hacia el norte, que hacia Europa”, afirma.
Durante la crisis económica de 2008 y 2009, la ocupación en estas naves industriales se redujo casi un treinta por ciento. Este año el sector creció diez por ciento en área de ocupación, y similar repunte se esperaría el próximo año.
Esto dependerá cómo reaccione, añade, la economía de Estados Unidos en 2013 y que se renueve al país los Niveles de Preferencias Arancelarios (TPL, por sus siglas en inglés), una concesión a favor de Nicaragua que le permite comprar materia prima de terceros países, es decir no firmantes del DR-Cafta.
El representante empresarial apunta que si bien el sector textil mejorará “algo” las exportaciones de prendas de vestir con el AdA, lo cierto es que este acuerdo será más beneficioso para los productos del sector agropecuario.
Del total del área de parques industriales que existen en Nicaragua, el 64 por ciento son ocupados por empresas textiles, seguido de agroindustriales (19 por ciento), según datos de la FCNZFP.
Para garantizarse la meta de crecimiento, el sector empresarial, Gobierno y sindicatos acordaron la semana pasada ajustar el salario de los trabajadores en un ocho por ciento anual entre 2014 y 2017. En 2013 se aumentará un diez por ciento.
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