José Denis Cruz
Esta avenida peatonal sabe a historia. Pero es como un plato servido que no tiene quien lo paladee. O bien, como el escritor que no tiene lectores. Es una avenida sin peatones.
La vía está dividida en dos. Una es administrada por el Ejército de Nicaragua y otra por la Asamblea Nacional. La franja que administra el parlamento se encuentra cerrada. Nace en medio del antiguo edificio del Banco Central y la Asamblea, y concluye frente a la Fuerza Naval.
A esta calle antes le decían “La calle del rastro” y ha cambiado de nombre a lo largo de la historia.
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Así se podría graficar el constante cierre de la avenida peatonal Augusto C. Sandino, inaugurada en enero de 2010. Aquí unos portones enmallados imposibilitan el acceso de los turistas nacionales y extranjeros. Se les ha negado, en el peor de los casos, que conozcan la historia de Nicaragua a través de cien vallas fotográficas.
Cuando fue inaugurada se dijo que sería abierta para que los ciudadanos hicieran un recorrido por esta vía de la historia. Pero nada ha sido así.
¿Qué está pasando? En realidad nadie sabe por qué permanece cerrada. El historiador Roberto Sánchez se mostró sorprendido cuando se le consultó al respecto.
“¿Están cerrados los portones? Me sorprende que estén cerrados. No tengo ninguna explicación. Me sorprende, porque deberían permanecer abiertos”, acotó. “Me molesta que esté cerrado porque hemos hecho un gran esfuerzo para que la población llegue a ver la parte histórica y cultural de Nicaragua”, protestó el historiador.
Aquí frente a la Asamblea Nacional se encuentra el parque Luis Alfonso Velásquez. Han venido familias a distraerse. Juana Cruz es una madre que ha traído a sus tres hijos. “Queríamos entrar ahí, pero el policía nos dijo que no podíamos porque está enllavado”, dice.
Danilo Aguirre Solís, veterano periodista e historiador, ve contradictorio que la avenida esté cerrada al público en esta época.
“Es absurdo que en los días que la gente tiene más tiempo para llevar a sus hijos a instruirse un poco sobre la historia, la cierren. Además, ¿qué le puede pasar a esa cuadra en estos días?, cuestiona Aguirre.
Esta avenida, que sobrevivió al terremoto del 72 y a la guerra de 1979, luce vacía. Sin nadie que lea sus vallas. Sin la algarabía de los parques y avenidas vecinas.
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