Agencias/Vida
Las salsas suelen ser lo primero que se eliminan en una dieta. Sin embargo, aquí te pasamos algunas aptas y ligeras que le dé sabor a nuestras comidas sin renunciar al ahorro en calorías.
Muchas salsas utilizadas en la cocina tradicional pueden modificarse para disminuir su contenido graso y de energía, que le de sabor a nuestras comidas sin perder de vista el objetivo: ahorrar calorías.
PAUTAS SENCILLAS
1- Utilizar leche desnatada o semidesnatada, caldos desgrasados y otros productos con reducido aporte graso y consecuentemente de calorías.
2-Reducir la cantidad de aceite respecto de lo acostumbrado.
3-Incluso las salsas de este tipo admiten pequeñas cantidades de harina o de maicena para que queden más espesas y vinos de mesa flameados, para darles un toque especial de sabor.
4-Asimismo, las hierbas frescas y las especias, enriquecen en matices a estas y otras preparaciones culinarias, haciendo la dieta más variada y apetecible.
5- Para untar es mejor utilizar productos “light” como los quesos, las margarinas o las mayonesas con poco contenido en grasa. Sería mejor comprar panes de calidad, como integrales y con diferentes cereales. Así se evitaría la costumbre no aconsejada de untar el pan con pastas aceitosas. En caso de querer hacerlo, es mejor utilizar tomate y que no esté frito.
TOME EN CUENTA
Sofreír te permite cocinar rápidamente vegetales y cortes magros de carne, como el lomo de cerdo, con una pequeña cantidad de aceite. La cantidad de grasa que agregas está bajo tu control.
Al asar utilizas el calor seco del horno para extraer todos los deliciosos sabores y además te permite controlar la cantidad de grasa agregada. La carne se cocina bien y jugosa, mientras que las papas y los vegetales quedan tiernos para comer.
RECETA
Ideal Para verduras y ensaladas: Una preparación rápida y sencilla de cómo preparar una salsa con bajo niveles calóricos y que puedes disfrutar con tus comidas. Es una salsa ligera para ensaladas, espárragos, ensaladilla.
Procedimiento: Separamos las yemas de las claras de tres huevos. Disponemos las yemas en un bol y añadimos 100 gramos de mostaza. Sal y pimienta al gusto.
Incorporamos cinco cucharadas de aceite, vertiéndolo muy despacio; añadimos 600 gramos de queso fresco o blanco desnatado (0 por ciento de materia grasa) o cuatro yogures naturales y después dos cucharadas soperas de vinagre; rectificamos de sal y pimienta. Si añadimos a esta receta unos cuantos pepinillos, alcaparras y perejil picados, se obtiene una salsa estilo tártara.
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