Los seres humanos no pueden vivir sin ficciones —mentiras que parecen verdades y verdades que parecen mentiras— y gracias a esa necesidad existen creaciones tan hermosas como las bellas artes y la literatura, que hacen más llevadera y enriquecen la vida de las gentes. Pero existen ficciones benignas, como las que salieron de los pinceles de un Goya o de la pluma de un Cervantes, y malignas, que son aquellas que niegan su naturaleza subjetiva, ideal e irreal y se presentan como descripciones objetivas, científicas, de la realidad.
Opinión
La neurosis étnica norteamericana
The New York Times anuncia en primera página que en el año previo algo más de la mitad de los niños nacidos en Estados Unidos (el 50.4 por ciento) fueron no blancos. De ese porcentaje, el 26 eran hispanos (la mayor parte mexicanos), el 15 negros y el 4 asiáticos.