Eduardo Bielsa
EFE
Su mochila paseó por Suecia, Afganistán, Grecia, Turquía y África. Sus cartas correspondieron sus pensamientos con personajes como Patrick Leigh o James Ivory. Ahora Bajo el sol recopila, de manos de su viuda y a través de sus misivas, las ideas que envolvieron al autor británico Bruce Chatwin.
Es uno de los escritores británicos más reconocidos del siglo XX, y también uno de los más enigmáticos; sus inseguridades y su ambigüedad sexual salen a la luz gracias a los remitentes que tuvieron el placer de compartir sus ideas.
Bruce Chatwin (1940-1989) fue un viajero y novelista británico que comenzó a trabajar muy joven en la casa de subastas Sothebys, donde tras descubrir a los 22 años la falsificación de un Picasso , fue nombrado director del área de impresionismo.
No obstante, Chatwin dejó su trabajo al poco tiempo a causa de una crisis nerviosa y emprendió un viaje que le llevó hasta África, para después impartir clases de arqueología y dedicarse al periodismo y a continuar visitando medio mundo.
Más de veinte años ha costado recuperar estas vivencias de manos de su viuda, Elizabeth Chatwin, que cuenta en el prefacio de Bajo el sol (Editorial Sexto Piso) cómo su encuentro con Bruce se produjo a finales de 1961 en Sothebys, la casa de subastas que le recibió en sus primeros años profesionales.
También Nicholas Shakespeare, su biógrafo, dedica unas palabras a la figura de este nómada que tras su viaje a Sudamérica publicó su primera obra maestra, En la Patagonia (1977).
Los viajes de Chatwin, su correspondencia y sus pensamientos dan vida ahora a la “autobiografía” que desmenuza cada una de las palabras que surgieron de uno de los novelistas británicos más reconocidos del último siglo.
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