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Sergio Ramírez

La primera bicicleta

En unas declaraciones a la radio Montecarlo de Montevideo, muy difundidas en el exterior, el presidente José Mujica, al expresar sus dudas acerca del futuro de la revolución bolivariana de llegar a faltar el presidente Hugo Chávez, ha dicho también que sus interrogantes se abren ante el hecho de que en el Caribe los caudillos tienen gran ascendencia en las fuerzas armadas y las clases populares. Crear una sucesión viene a ser entonces difícil. “Chávez tiene una enorme influencia y lograr una figura que concite ese apoyo es bravo”.

A pesar de su gratitud con Chávez, porque ha prestado ayuda económica al Uruguay en momentos cruciales, y hay que ser agradecido porque si no “uno escupe en la mesa que come”, en lo que tiene sobrada razón, el presidente Mujica expresa sus juicios desde el balcón democrático de su país, y los toros se quedan bastante de largo. Un tipo de régimen como el de Venezuela no es posible en Uruguay, nos quiere decir, y en eso también tiene razón, a pesar del episodio de la dictadura militar que lo tuvo a él mismo en la cárcel por guerrillero tupamaro, un episodio que la tradición institucional uruguaya ha sabido enterrar bajo el peso de las leyes. Y aquella fue, además, una dictadura sin caudillos para la historia, porque hoy los nombres de los chafarotes que usurparon el poder no son ni recordados, ni reverenciados.

Donde discrepo con el presidente Mujica, a quien admiro, es en su juicio acerca del origen del caudillismo que se basa en el apoyo de las fuerzas armadas y de las masas populares. Ese tipo de caudillismo no nació en el Caribe revuelto, sino muy cerca de Uruguay, al otro lado del río de la Plata, en Argentina, con el advenimiento de la figura del general Juan Domingo Perón, quien empieza a escalar posiciones de poder a raíz del golpe de estado de 1943, cuando convirtió una oscura dependencia, el departamento de Trabajo, en su plataforma populista para alcanzar su primera presidencia en 1946.

Las historias del general Perón y del coronel Chávez son muy parecidas. Conspiraciones dentro del ejército, golpes de estado, contragolpes, uno y otro prisioneros, uno y otro sacados de la cárcel en medio del fervor popular, elecciones y reelecciones; pero este artículo no trata de sus vidas paralelas, sino del fenómeno del caudillismo populista, que nació en el cono sur, y no en las tradicionales repúblicas bananeras del Caribe, donde, claro está, hubo en los años de la guerra fría, y desde antes, numerosas dictaduras, pero los caudillos eran de otro corte, Trujillo, Somoza, Batista, Pérez Jiménez.

Era una fauna de “hombres fuertes”, según el eufemismo escogido entonces por la prensa de los Estados Unidos para nombrarlos, que no escatimaban la represión más violenta, asesinatos, cárcel, tortura, mientras Washington miraba hacia otro lado. Todos provenían de golpes de Estado, y gozaban del apoyo de las fuerzas armadas, pero no tenían arraigo en las masas, como Perón, y tampoco gobernaban con la mano abierta para repartir dádivas, techos de lámina, bonos a los empleados públicos, paquetes de alimentos, máquinas de coser, bicicletas, sillas de ruedas, juguetes a los niños, vestidos de primera comunión, una manera espuria de lograr la adhesión popular, que con el tiempo llega a rendir óptimos frutos.

La dádiva, como fundamento social y psicológico del populismo, la inventó Perón junto con su esposa Evita, en una Argentina entonces dueña de recursos cuantiosos, con las reservas en oro más altas del mundo, y he aquí otro paralelo, tan cuantiosos como los recursos petroleros de Venezuela hoy día; y disponer de recursos para poder regalar, es uno de los requisitos esenciales del populismo. Un caudillo regalón en un país pobre no es posible, o al menos no lo es a mediano o largo plazo, porque las finanzas públicas quebrarían antes de que el caudillo pudiera ver los frutos de su política de arcas abiertas; salvo que otro caudillo, de verdad rico, le abone los recursos necesarios para ser dadivoso en la pobreza, a manera de un gran banco principal, al que no preocupan sus cuentas en rojo, que provee de recursos a sus sucursales.

El presidente Mujica también tiene razón cuando duda de que alguien pueda concitar el apoyo de Chávez una vez que este ya no esté más en el escenario político. Chávez ha ganado su arraigo entre las masas no solo por su política de dar a manos llenas, como padre generoso, sino porque tiene tras de sí una leyenda, y ha sido dueño de un indudable carisma. Al desaparecer, sin duda su leyenda va a quedar, tratándose de un hombre relativamente joven, y morir joven es una necesidad de la leyenda, tal como en el caso de Evita; pero la leyenda y el carisma no pueden heredarse tan fácilmente, aunque el caudillo nombre a su heredero. El llamamiento que ha hecho desde su lecho a la cúpula militar para que las fuerzas armadas se mantengan unidas, viene a probarlo; los únicos que pueden ejecutar el testamento del caudillo son los militares.

Perón no salió del escenario al ser derrocado por el golpe de estado de 1955, y desde el exilio pudo reconstruir su plataforma para regresar triunfante en 1973, y aún pudo maniobrar para dejar en la presidencia a su segunda esposa, Isabel Perón, tras su muerte en 1974, una sucesión que resultó en un verdadero desastre, y creó el caldo de cultivo para la instauración de la dictadura militar en 1976. Pero el peronismo como tal, esa extraña amalgama de concurrencias ideológicas y sentimentales, y no pocas veces esotéricas y religiosas, una devoción que se hereda de padres a hijos, sigue vivo, como sin duda seguirá vivo por muchos años el chavismo, mientras haya quien recuerde quién le regaló su primera bicicleta, o su vestido de primera comunión. El autor es escritor. Masatepe, enero 2013.

Opinión revolucion bolivariana Venezuela archivo

COMENTARIOS

  1. Aristófanes Envergadura
    Hace 11 años

    Conclusión:”No hay mal que dure 100 años ni cuerpo que lo resista” todo lo que es contrario a la evolución de la civilización y las ideas es antinatura por lo que no puede perdurar.

  2. Denso
    Hace 11 años

    Se le chispotea mencionar a Sergio,que tambien por los USA,es que lograron el poder los sandinistas,y q tambien le ayudaron a Chavez a recuperar el poder;o sea q no siempre los USA han volteado para otro lado la cara;porque si de eso se trata;parece que Obama esta tolerando y volteando la cara para otro lado,por las barbaridades,fraudes y crimenes que cometen ortega y chavez,para estar en el poder eternamente,pero eso no lo menciona don Sergio;un dictador,una vez en el poder,hace lo que le ronca

  3. Gualala
    Hace 11 años

    Don Sergio. Ya lo veo medio,medio.Mire ud es un muy buen y gran escritor del los Nicas estamos y estaremos orgulloso de su pluma. Pero no se meta en politica,aunque lo manden a llamar. Eso de sonar por encargo y dogmatizar la inspiracion,lo que ha hecho es contribuir a la formacion de los que dan para ser recordado y no forman para que en la cuspide del conocimiento construllan sociedades que si funcionen. Hay perdone su majestad. La imprudencia.

  4. Byron Largaespada Valenzuela
    Hace 11 años

    Isabel Pérón fue la tercera mujer de Perón, no la segunda, ésta fué doña Eva ya que Perón era viudo cuando se casó con Evita. Detalle sin importancia, quizás, pero hay que apegarse a la verdad

  5. Drew (reparto belmonte)
    Hace 11 años

    muy bueno lo que escribe DENSO, gracias a jimmy carter fue que le entregaron en bandeja de oro a los sandinistas (incluyendote a vos sergio ramirez) el poder y toda la infraestructura (todo lo rebautizaron) para hacerle creer a las nuevas generaciones mantenidas de la js, cpc, camisas azules, que fueron los que construyeron todo eso, cuando en realidad fue el Hombre SOMOZA, ahora,al pueblo lo tienen mal acostumbrados con tantos regalos, y cuando se agoten???

  6. JOSE DAVID LAGUNA
    Hace 11 años

    Antes del terremoto (1972) me exile, porque no queria estar preso otra vez en la Seguridad, la loma, o la 5ta seccion de policia, alla por Santo Domingo iglesia. Y ahora sigo afuera, antes por Somoza, ahora por Ortega, si vuelvo en cuanto ponga un pie en el aeropuerto, segu ro el bachi me mete preso por hablar mal del gobierno. Ahora estamos peor.Debian enmendar las le yes y la Constitucion. Todo aquel que intente cambiarla o violarla: Carcel y exilio.

  7. LOS APUROS DE SERGIO EN SUS ENSAYOS POLITICOS
    Hace 11 años

    Sergio…tus articulos de critica de la politica actual son muy commo
    dedores y divertidos… que no hacen falta leerlos porque ya todo mundo sabe el desenlace de tus acomodos narrativos. Pero para dar
    te credito y merecimiento como novelista de profesion, por tu pasion
    cultural e intelectual de indole netamente literaria…sigue tu linea de
    escritor variado y pluralista como una consigna legitima que te con
    sume indiscutiblemente como un prosista singular Nicaraguense.

  8. solo Cristo salva.
    Hace 11 años

    Una verdad,, es quë:: siempre alguién,, dice la verdad mencionada,, cuando ha estado adentro de lo que critica,, muy bién Don Sergio.. Valiente,, pero más valiente hubiese sido, si hubiera defendido la verdad dentro del ambito del poder.. usted pudo haber llegado a ser jefe de estado… pero se retardo en defender la verdad….Salmos 146::3,, No creas en principe, ni en hijo de hombre por que en el no hay salvación.

  9. GUICAG
    Hace 11 años

    Amedias de acuerdo con Sergio Ramírez y José Mujica. Ambos tienen razón, porque también existe hubo populismo en las fuerzas armadas y caudillismo precursor en Argentina con Perón, quien emuló a Franco en España. Desde luego Ramírez se ha ganado a pulso las críticas por su pasado cómplice con el monolitismo del FSLN, pero no podemos estar demonizando al mejor escritor nica. Es cierto que agua pasada no mueve molino, pero hay que tener cuidado con el remolino que destruye su fama.

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