Un total de 13,855 aficionados acudieron ayer al Miniestadi para presenciar en directo el entrenamiento de puertas abiertas que la plantilla del Barcelona acostumbra hacer siempre en las fechas navideñas.
Como en años anteriores, los más jóvenes fueron mayoría en unas gradas prácticamente repletas para ver de cerca a sus ídolos, que han estado sobre el terreno de juego durante apenas una hora.
Ha sido una sesión fundamentalmente lúdica, en la que el balón ha sido el protagonista, primero con los clásicos rondos, luego con los ejercicios de posición y finalmente con el tradicional partidillo.
Al contrario que los dos días precedentes, Tito Vilanova no ha dirigido el entrenamiento y ha dejado todo el protagonismo a sus jugadores. El técnico pretende dosificar sus apariciones tras ser operado por segunda vez, hace dos semanas, de un tumor en la glándula parótida.
Ver en la versión impresa las páginas: 9 B