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Hacia el Cristo Redentor

En la cima del cerro del Corcovado, el Cristo Redentor de Río de Janeiro, Brasil, le espera con los brazos abiertos. La famosa estatua de postales y novelas brasileñas es un destino turístico obligatorio para quien visita la ciudad de los cariocas.

Redacción Domingo

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En la cima del cerro del Corcovado, el Cristo Redentor de Río de Janeiro, Brasil, le espera con los brazos abiertos. La famosa estatua de postales y novelas brasileñas es un destino turístico obligatorio para quien visita la ciudad de los cariocas.

Mide 38 metros de altura, si se toman en cuenta los 8 metros de su pedestal. Es de cemento armado, pesa nada más y nada menos que 1,145 toneladas y está ubicada a 709 metros sobre el nivel del mar, por lo que las vistas desde su base son impresionantes.

Desde la cima del Corcovado se aprecian las playas de Copacabana, Leblon e Ipanema: también la Laguna y el Jardín Botánico de Río de Janeiro, que se extiende en 140 hectáreas y contiene más de seis mil especies de plantas y árboles tropicales.

La estatua del Cristo, cuya construcción duró cinco años, fue inaugurada el 12 de octubre de 1931. Desde el 7 de julio del 2007 es una de las nuevas siete maravillas del mundo, título que comparte con La Gran Muralla China, Petra (Jordania), Machu Picchu (Perú), Chichén Itzá (México), el Coliseo Romano (Italia) y el Taj Mahal (India).

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El monumento es considerado una “obra hercúlea”, maravilla de la arquitectura, la ingeniería y la escultura.

El mirador que hay en su base fue diseñado de manera que permite echar un vistazo de 360 grados a todo Río de Janeiro, la que, por cierto, es considerada una de las ciudades más bellas del mundo.

A partir del 2000, la estatua y las rutas de acceso han pasado por un proceso de revitalización. Uno de los pasos más importantes fue la instalación de cuatro escaleras eléctricas, con tres elevadores panorámicos, en el 2002. Desde entonces, ya no hay necesidad de subir los 220 escalones hasta la base del monumento.

ACCESO

Para llegar hasta la estatua puede tomar un taxi o bien comprar un boleto en la estación de trenes de Cosme Velho. Si quiere disfrutar el paseo al máximo, lo más recomendable es usar uno de los pequeños trenes rojos que trepan por el cerro del Corcovado. El viaje dura unos 20 minutos, se hace a través de bosque y ofrece estupendos paisajes , así como avistamiento de monos y aves exóticas.

En la estación de trenes verá además una amplia exposición acerca de la historia de la estatua y podrá comprar recuerdos. Se aconseja visitar el Cristo Redentor en un día soleado, sin nubes, para poder apreciar a plenitud las vistas de Río. Si no quiere hallar mucha gente allí arriba, no vaya en sábado ni en domingo y llegue antes de las 10:00 de la mañana. Lleve agua, ropa cómoda, cámara fotográfica y viva la experiencia de su vida.

La Prensa Domingo Brasil Corcovado Cristo Redentor archivo

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