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¡A bailar con Irene!

Hace 49 años aprendió a bailar marimba con los bailantes de Masaya, una tradición que continúa preservando y transmitiendo a las nuevas generaciones de bailarines. Su nombre es Irene López y quien desea conocer el verdadero folclor nicaragüense acude a ella.

Desde Buenos Aires recordando a Granada

En Buenos Aires en Plaza San Martínuna joven señora de anteojos grises y cabello largoleyendo un conocido libro de Cortázaral juguetear su media falda el vientose compuso en su asiento y me dio la espaldapara que no mirara sus piernas blancas.Recordé de Granada un luminoso amanecer;a la muchacha que en la playa caminaba espigada y atlética—la misma que una noche cantó hondocon su guitarra en La Calzada. Muy hondo-y que cuando el lago sin límites de Nicaraguavestía despacio con naciente soldesvestida corría en la arena descalza.Ritual su nariz levantaba apuntando al Mombachorítmica con los pies juntos alzaba sus brazos hacia el Estey solemne con cuatro morenas miradashizo que las aguas venerandasdel lago Cocibolca se alborotaran.

Una historia que contar

Un día en la vida de Iván Denísovich, de Alexandr Solzhenitsin, la novela que descubrió al mundo el horror del gulag soviético, conserva intacto su valor literario y su fuerza moral 50 años después de su publicación, aseguró Natalia Solzhenítsina, la viuda del escritor.