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Canto a la Humanidad

Los huesos de mi abuelo es el nuevo poemario de Esthela Calderón, que se constituye de un solo poema de 24 páginas dividido en capítulos que conforman una misma historia de luchas, conquistas y exterminio. Al respecto la autora dice que “es una obra que recuerda la tradicional tarea de algunos poetas por hacer de la poesía de aliento amplio y extendido una forma de redondear un relato con personajes y situaciones muchas veces propias de la narrativa y no de la poesía.

IV

Una vez me lanzaron allá arriba
donde nacen los depredadores.
Yo era un cobarde porque maldecía ser oruga
y tenía espanto de ser un roble.
Me negaba a que me azotaran los vendavales.
Entonces fui un elegante y respetado ejemplar de saco y
mocasines.

XII

Conmigo en cada reencarnación, fuimos peces, algas y piedras.
Otras veces, nos reconocimos entre las hierbas y flores.
Hicimos fila como bosque de Quebrachos.

IX

Hay angustia en estos oscuros días
en lo que quieren que encuentre mi noche.
He dejado de conocer mañanas.
Antes, llegaba la aurora
porque el sol era hermano de las montañas y las sierras.

Por una cultura de paz en Nicaragua

“El deseo de paz es una aspiración esencial de cada hombre, y coincide con el deseo de una vida humana plena, feliz y lograda… El hombre está hecho para la paz, que es don de Dios. Esto me ha llevado a inspirarme en las palabras de Jesucristo: “Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque serán llamados hijos de Dios” (Mt 5,9). Esta bienaventuranza “dice que la paz es al mismo tiempo don mesiánico y obra humana… Se trata de paz con Dios viviendo según su voluntad. Paz interior con uno mismo, y paz exterior con el prójimo y con toda la creación. Sí, la paz es el bien por excelencia que hay que pedir como don de Dios y, al mismo tiempo, construir con todas las fuerzas. Mensaje Jornada Mundial de la Paz. SS Benedicto XVI.