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“Instalaremos uno sobre análisis nutricional del pasto, materias primas y alimentos balanceados. Esto permitirá mejorar la calidad de los productos obtenidos, ya sea carne o leche. Y el otro estará enfocado en realizar análisis del suelo y foliar, con este se determinará la calidad del suelo, rendimiento por manzana, establecerlos representa una inversión de 500,000 dólares”, explicó Medina.
Por su parte Felipe Argüello, gerente general de la Bolsa Agroindustrial (Bolsagro), manifestó que en el futuro inmediato esta empresa estará incrementando la cantidad de laboratorios que poseen.
Este puesto de bolsa tiene laboratorios para medir la calidad del arroz, maní, soya en el occidente del país y en la ciudad capital.
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Durante el año 2012, cerca de 14,000 productores del país efectuaron transacciones a través de la Bolsa Agroindustrial (Bolsagro).
Cada vez que uno de estos productores solicita un servicio a uno de los laboratorios de calidad se le cobra una tarifa de uso, la cual es reinvertida en el mantenimiento y mejoramiento de las instalaciones de los puestos de experimentación.
El uso de este tipo de instalaciones en el país es de reciente data, diez años.
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HUMBERTO GALO ROMERO
Que los productores obtengan un buen precio, pero por sobre todo una mejor calidad en sus productos, es la finalidad que persiguen las bolsas agropecuarias del país. Es por ello que desde hace algunos años se han dado a la tarea de que estos hagan uso de los laboratorios de los que estas entidades disponen.
En estos sitios se puede analizar la calidad de productos agrícolas tales como: café, arroz o la soya, por mencionar algunos de los productos que se transan a través de este sistema.
Jorge Medina, director técnico de la Bolsa Agropecuaria de Nicaragua (Bagsa), cuenta que los laboratorios que este puesto de bolsa posee están funcionando desde hace más de diez años y son tres: uno especializado en granos, otro en el que se evalúan los productos lácteos y un tercero dedicado exclusivamente al café.
De igual manera, desde hace ocho años, la Bolsa Agroindustrial (Bolsagro), de la Unión de Productores Agropecuarios de Nicaragua (Upanic), ofrece la evaluación de la calidad de los productos como uno de sus servicios.
“Actualmente existen varios laboratorios en todo el país y estamos planeando para este año duplicar la cantidad, debido a la gran necesidad que existe de estos servicios”, informó Felipe Argüello, gerente general de Bolsagro.
¿CÓMO FUNCIONAN?
Ambos directivos refieren que para determinar la calidad de los granos que se producen en el país, en los laboratorios especializados se analizan dos componentes elementales: la humedad y el aspecto físico del grano.
“En el caso concreto del arroz, en los centros industriales se toman muestras durante el proceso de la compra de arroz en granza (grano recubierto con su cáscara), son diez puestos en total: tres en el norte, tres en occidente, uno en Rivas, otro en Tipitapa, uno más en Los Brasiles y el central aquí en Managua”, precisó Medina.
Según el funcionario de Bagsa, esta iniciativa para evaluar la calidad del grano de arroz es uno de los componentes del Programa de Apoyo al Productor Arrocero (Papa) que se implementa en el país.
“Nosotros recurrimos a los acuerdos existentes entre la asociación de industriales y la asociación de productores, ellos de previo establecen un precio base (500 córdobas) para cada quintal. Cada vez que un camión se presenta a uno de nuestros puestos, tomamos una muestra del producto, la analizamos y en dependencia de los resultados se dan premios o castigos, que aumentan o disminuyen este precio”, explicó Medina. En este sentido, los criterios de calidad para el arroz están en dependencia del rendimiento que se obtendrá, es decir, de un quintal de arroz en granza, cuántas libras se podrán obtener como arroz oro (grano blanco listo para comercializarse).
Por su parte Argüello señala que en este caso las bolsas agropecuarias actúan como árbitro imparcial entre el comprador y el vendedor, facilitando al agroindustrial (comprador) y al productor la información de la calidad de los productos que se están comercializando.
“El programa de laboratorios está vinculándose con servicios de acreditación de buenas prácticas agrícolas y buenas prácticas de manufactura, para que el productor cuente con una asesoría integral enfocada en incrementar su productividad”, explica Argüello.
En lo concerniente al análisis de los productos lácteos, este está referido a estudios microbiológicos y físico-químicos, es decir, los estudios evalúan qué tan inocuo es el producto (recuento de bacterias, hongos y levaduras ).
Sin embargo, en este caso concreto, la aprobación de permisos y certificaciones es extendida únicamente por el Ministerio Agropecuario y Forestal (Magfor).
ANÁLISIS DEL CAFÉ: PUNTO Y APARTE
En la actualidad, los laboratorios de las bolsas agropecuarias analizan una buena parte del café que tiene potencial exportador y mucho del que se comercializa en el mercado interno.
“Hubo una época en la que los mercados internacionales penalizaban al café proveniente de Nicaragua, el argumento era la calidad”, sostuvo Medina.
Según él, hace diez años el precio internacional del grano fluctuaba entre los 40 y 60 dólares, sin embargo el café producido y exportado por Nicaragua recibía un castigo de 12 dólares menos a ese precio; en esa época eso representaba para el país dejar de percibir al menos unos cien millones de dólares.
Fue bajo esa circunstancia que desde el sector gubernamental se realizaron esfuerzos para mejorar la calidad del producto, “así surge la Comisión Nacional del Café y se determina que no saldría ningún café de exportación sin que este no fuese previamente evaluado y certificado por un laboratorio de tercera parte”, rememora Medina.
En este sentido, los laboratorios de las bolsas agropecuarias analizan tanto la calidad del grano (tamaño y humedad), así como las propiedades organolépticas, es decir, gusto, olor y sabor del café que se vaya a exportar.
Evaluar esas características es precisamente la especialidad de Reynaldo Castro, poseedor de un olfato y un paladar privilegiados.
“La fragancia del café determina la limpieza o algún defecto que hubiera en la bebida, dependiendo de esto se determina el tipo de mercado al cual se podría exportar el producto y por ende en el precio que este obtendrá”, señala Castro.
El que los caficultores del país hagan uso de estas herramientas que ha permitido garantizar que el café exportado sea de excelente calidad, incrementando así el precio y por ende las divisas que este genera a Nicaragua.
De hecho en los últimos años el café producido en el país ha sido galardonado con varios reconocimientos tales como la Taza de la Excelencia.
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