Este domingo 13 de enero será declarado Santuario el lugar de las apariciones en Cuapa, Chontales. Monseñor René Sándigo, obispo de la Diócesis de Juigalpa y presidente de la Conferencia Episcopal de Nicaragua, lo anunció el 28 de diciembre en el acto de apertura del Año de la Fe, en Juigalpa. Esa noticia fue aplaudida y recibida con alegría por todos los chontaleños y fieles católicos de Río San Juan, también por todos aquellos nicaragüenses que aman a la Virgen de Cuapa, ya que un Santuario es una Bendición para toda Nicaragua, porque es un lugar especial para encontrarse con Jesús por medio de la Virgen María.
El 8 de mayo de 1980, Bernardo Martínez, un campesino de Cuapa, miró a la Virgen María en las afueras de Cuapa, cerca del río. Las apariciones de la Virgen se repitieron el 8 de junio, 8 de julio, 8 de septiembre y el 13 de octubre. Desde que se conocieron los relatos de las apariciones miles de peregrinos han visitado el santo lugar, para rezarle a la Madre de Dios y pedir su bendición, escuchar los mensajes de paz, perdón, amor y conversión que la Virgen dijo en Cuapa.
Al ser declarado Santuario el lugar de las apariciones, recuerdo algunas visitas que ha tenido ese santo lugar, como Ryo Kawade, siendo embajador del Japón en Nicaragua, el 25 de julio de 1985, dirigió una carta a monseñor Andrés Di Montezémolo, nuncio apostólico, donde cuenta que no es cristiano, pero reconoce el milagro que vio en el cielo de Cuapa. El embajador fue acompañado de una catedrática de una universidad de Japón y otras personas más, y todos quedaron impactados por los fenómenos sobrenaturales vistos en el cielo.
Madre Teresa de Calcuta, muy conocida en el mundo por su amor a los pobres y su espiritualidad, es una Santa, que cuando llegó al lugar de las apariciones, como Moisés se quitó las sandalias, para caminar descalza en el engramado verde, que ella consideró como tierra santa. Conoció a Bernardo Martínez, escuchó con atención los mensajes y luego intercambió rosario con el vidente. Ella con sus gestos y actitud de escucha, estaba aceptando de esa manera las apariciones como algo real.
El poeta Pablo Antonio Cuadra, al visitar Cuapa, dijo: “Si aquí no apareció la Virgen, la verdad no existe”, de esa manera ese gran poeta nicaragüense daba a conocer que creía profundamente en las apariciones de la Virgen María.
En el año 2000, fecha del gran jubileo en nuestro país, la Conferencia Episcopal de Nicaragua también se hizo presente, participaron en la santa misa celebrada con miles de devotos de toda Nicaragua, esa visita yo la recuerdo con mucho cariño, tomé fotos, y desde entonces las guardo con cariño en mi álbum y en mi corazón.
He destacado la experiencia de fe de algunos de los peregrinos que han visitado Cuapa, pero todo el pueblo de Nicaragua cuenta los milagros que reciben de la Madre de Dios. Cuando cuentan sus testimonios, se les escucha su voz temblorosa, las palabras entrecortadas, dichas entre suspiros, los ojos brillando con las lágrimas de sus ojos, gotas de lágrimas recorrer sus mejillas, y la gente muda, en silencio total, y sin despegar la vista de la persona que da el testimonio, escuchan maravillados lo que Jesús hace por intercesión de la Virgen. Eso ocurre con frecuencia en el lugar de las apariciones.
Cuapa es lugar de paz, donde las personas cambian de vida, hay sanaciones, reconciliaciones, consuelo, alegría, amor. Se recobran las fuerzas perdidas, se reciben bendiciones, es un pedazo de cielo en Nicaragua. Gracias Señor Jesús por traernos la buena nueva para Nicaragua: El Santuario de Cuapa.
El autor es párroco de Cuapa.
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