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Desde que el gobierno de Raúl Castro anunció en octubre la reforma migratoria, algunos cubanos, pese a no tener planes inmediatos de viaje, gestionaron su pasaporte para ahorrarse 50 dólares, pues el gobierno duplicó el precio. Este cambio es parte de las reformas económicas impulsadas en la isla. LA PRENSA/EFE/ALEJANDRO ERNESTO

Cubanos echan sueños a volar

“Quiero ir a visitar a mi papá que vive en Estados Unidos hace 20 años y a conocer a mis hermanos, y quiero hacerlo este año antes de iniciar mis estudios de medicina”, dijo Jorge Lara, un cubano de 20 años, a la salida de una oficina de migración de La Habana, donde obtuvo su primer pasaporte.

La Habana/aFP/AP

“Quiero ir a visitar a mi papá que vive en Estados Unidos hace 20 años y a conocer a mis hermanos, y quiero hacerlo este año antes de iniciar mis estudios de medicina”, dijo Jorge Lara, un cubano de 20 años, a la salida de una oficina de migración de La Habana, donde obtuvo su primer pasaporte.

Los cubanos echan a volar sus sueños ante la entrada en vigor el lunes de una reforma migratoria que les permitirá viajar libremente por primera vez en medio siglo. Las reformas a la ley migratoria fueron anunciadas hace tres meses y son posiblemente los más aguardados de una serie de cambios iniciados con el presidente Raúl Castro.

La legislación elimina la detestada visa de salida “tarjeta blanca” que Cuba obligó a sus habitantes por largo tiempo antes de que pudieran viajar. Este permiso costaba 350 dólares, en un país donde el salario promedio es de 20 dólares mensuales. También elimina la carta de invitación.

Aunque la ley alentó el sueño de viajar, varios observadores predicen que inicialmente habrá apenas un modesto aumento en el flujo de cubanos que salen del país, quienes todavía deben conseguir la visa de los países de destino.

Y los detractores observan que la ley incluye una cláusula de “seguridad nacional” que podría utilizarse para impedir la salida de opositores gubernamentales, trabajadores capacitados y personas al tanto de información delicada.

Sergio Fernández, un informático de 29 años, que quiere ir a París a conocer la Torre Eiffel, se dice “escéptico sobre la reforma”, a la que califica como “un espejismo” para la “mayoría de los cubanos”, que “no tendrán posibilidades reales de viajar a ninguna parte”.

El académico Antonio Aja, director del Centro de Estudios Demográficos de la Universidad de La Habana, piensa que a partir del lunes “va a aumentar el número de solicitudes para obtener un pasaporte” o una “visa”, y también “la rigurosidad por parte de los países receptores”.

Internacionales Cuba Migración archivo

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