Italia/AP
Los sobrevivientes del naufragio del crucero Costa Concordia y los familiares de los 32 pasajeros fallecidos observaron el domingo el primer aniversario del accidente con la develación de varios monumentos, una misa y un minuto de silencio en el momento exacto en el que el navío encalló en un arrecife frente a la isla toscana de Giglio.
Uno de los actos más conmovedores fue primero, al devolver al mar al amanecer parte de la peña que causó una fisura de 70 metros (230 pies) en el casco el 13 de enero del 2012, cuando el capitán se salió de la ruta en una maniobra no autorizada. El fragmento había quedado desde entonces incrustado en el casco destrozado del navío de 112,000 toneladas de desplazamiento que zozobró con 4,200 pasajeros y tripulantes a bordo.
Entre el sonido de las bocinas de aviso para niebla y sirenas, una grúa montada en una barcaza bajó el fragmento del peñasco al fondo del arrecife al que pertenecía, pero llevaba una placa en recuerdo de la tragedia. Los parientes de las víctimas arrojaron flores al mar y se abrazaron mientras contemplaban la ceremonia desde un transbordador especial que se mecía entre las olas bajo un cielo parcialmente encapotado.
Los presentes lloraron durante la misa y con lágrimas en los ojos recorrieron con los dedos los nombres grabados en una placa de los 32 fallecidos y que fue develada en un extremo del embarcadero de Giglio, cerca de donde aún yace escorado el Concordia.Sin embargo, otros vinculados a la tragedia al parecer también encontraron consuelo por haber venido a Giglio, cuyos residentes abrieron sus casas y corazones a los sobrevivientes en aquella noche fría en la que ocurrió el naufragio.
“Haber tenido la posibilidad de ver todo (en esta jornada) nos ayuda un poco a aceptar la pérdida, pero falta mucho para superarla, en especial para mi madre que sufrió bastante por su hijo”, dijo Madeleine Costilla Mendoza, cuyo hermano peruano Tomas Alberto Costilla Mendoza, era parte de los auxiliares del Crucero.
El crucero turístico Costa Concordia chocó contra el arrecife a las 9:45 de la noche, cuando el capitán Francesco Schettino se salió de la ruta programada y se acercó demasiado a Giglio como un favor para amigos de la isla.
Schettino está acusado de homicidio múltiple no premeditado, causar un naufragio y abandonar la nave antes de la evacuación de todos los pasajeros. Aunque no ha sido encausado, sigue bajo arresto domiciliario por orden judicial hasta su posible encausamiento. Schettino sostiene que salvó vidas al acercar la nave a la costa en lugar de permitir que se hundiera en alta mar, y afirma que el arrecife no figuraba en sus cartas de navegación.
En entrevista que difundió el domingo la televisión estatal RAI, Schettino defendió nuevamente su actuación durante la tragedia y responsabilizó a quienes estaban en el puente del crucero de no informarle oportunamente de la situación, y afirmó que desobedecieron sus órdenes cuando intentó alejarse del arrecife.