Juan Vega Gonzales (*)
Tuve la oportunidad de visitar recientemente varios países latinoamericanos. Los problemas que afectan al ciudadano promedio son relativamente parecidos a los que vivimos acá: aumento de precios, mayor sobreendeudamiento y variaciones climáticas que influyen en la economía.
Aunque enfrentan problemas parecidos, algunos países lograron mayores niveles de desarrollo. Una razón que podría explicar esta diferencia es la actitud y acciones que estos países están llevando adelante.
En países latinoamericanos más desarrollados pareciera haber una mayor conciencia de que el Estado en sí mismo es demasiado limitado para resolver todos los problemas, por lo que es necesario tomar una actitud proactiva donde el ciudadano también se ocupa de su desarrollo.
Reflejo de esa “conciencia popular”, se siente un mayor “sentido de urgencia”, un deseo de hacer “más con menos”, y de hacerlo en el menor tiempo posible. De aprovechar cada tiempo disponible para capacitarse, informarse, superarse y sobresalir por encima de los demás.
Cambios de los últimos años son la inversión en educación, un cumplimiento de las normas más estricto y un mejor servicio al cliente:
a) Además de una mejora cualitativa en la educación escolar y universitaria, se percibe una fuerte oferta de libros actualizados de bolsillo y cursos cortos, con precios accesibles, que acompañados de una “sed de lectura” y capacitación de la población, contribuyen a su superación masiva.
b) Por primera vez vi en una ciudad con más de diez millones de habitantes, edificios enteros con letreros de “clausurado por infringir disposiciones municipales”. Antes ese tipo de sanciones era impensable.
c) El servicio al cliente es casi religión. Se exige calidad y los negocios lo atienden para que regrese. Se adaptan a sus requerimientos y tratan de tenerle la mejor oferta disponible —averigúan qué está necesitando y lo consiguen—. Se negocia para que ambos ganen.
Producto de la mayor competencia, hay una fuerte orientación a tratar de captar y conservar la mayor cantidad de clientes. Se desarrollan ofertas atractivas en precio y calidad y hacen alianzas para poder vender más.
En resumen, estos países fueron capaces de crear una cultura popular de tener “hambre de crecer” y voluntad de cumplir y hacer cumplir las normas. Buenos ejemplos a seguir para ser artífices de nuestro propio desarrollo en el año que inicia.
(*)Director Promifin
Ver en la versión impresa las páginas: 2 C