CARACAS/AP
En un país acostumbrado a la turbulencia política, los militares a menudo han sido los árbitros que deciden los destinos de la nación, sin embargo nadie sabe qué actitud asumirán en una crisis institucional en un ambiente de gran polarización en caso de que el presidente Hugo Chávez muera o quede inhabilitado para continuar en el poder.
La impresión predominante es que los militares están en un compás de espera, aguardando a que el panorama se despeje un poco y se resuelvan interrogantes del momento.
Rocío San Miguel afirmó que los militares no asumirán una posición “hasta que exista una alternativa real de poder (…) primero dentro del chavismo y en segundo lugar ante lo que pudiesen ser las aspiraciones de la oposición”. Precisó que en su historia, la fuerza armada se ha inclinado hacia una alternativa real de poder.
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A lo interno del oficialismo, el vicepresidente Nicolás Maduro, heredero político de Chávez, y el presidente del Parlamento, Diosdado Cabello, quien asumiría temporalmente la Presidencia hasta realizarse nuevas elecciones, no han llenado el vacío de poder que dejó Chávez desde que viajó a Cuba para continuar su batalla contra el cáncer.
En 14 años en el poder, Chávez ha tratado de convertir a los militares en defensores de sus políticas socialistas. Promovió a los que lo rescataron del golpe de Estado en 2002. Ha dado la cara por varios de ellos, incluido Cabello, acusados por Estados Unidos de colaborar con el narcotráfico.
Una de las circunstancias que genera dudas sobre el rol del sector militar ante una eventual transición política es la existencia de casi una decena de grupos dentro de la fuerza armada, desde los “institucionalistas”, que sostienen que no respaldarán ningún gobierno de facto, hasta los que se identifican como “chavistas” y “revolucionarios”.
Rocío San Miguel, presidenta de la ONG Control Ciudadano, indicó que este organismo ha detectado cinco grupos: el que forman los siete altos oficiales que son ministros y representan el 25 por ciento del gabinete; el alto mando militar; los militares retirados con importantes cargos en la administración pública como el mayor general retirado Hugo Carvajal, director de la Oficina Nacional Contra la Delincuencia Organizada; los 11 exmilitares que son gobernadores y la milicia.
También se habla de un grupo de altos oficiales sobre los que pesa denuncias de presuntos nexos con el narcoterrorismo, como el general retirado Henry Rangel Silva, exministro de la Defensa y gobernador de Trujillo, y el capitán de navío retirado Ramón Rodríguez Chacín, exministro de Relaciones Interiores y gobernador de Guárico.
Hay quienes opinan que si Chávez pierde la batalla contra el cáncer, Cabello podría pasar a ser el gran líder del oficialismo por su influencia en los altos mandos militares y en algunos sectores económicos que lo prefieren a alguien más radical como Maduro.
El almirante retirado Iván Carratú aseguró que “más de 85 hombres” de la promoción militar de Cabello están en puestos de mando y control territorial del país y que eso podría darle una mayor influencia en la fuerza armada de lo que tiene Maduro.
San Miguel señaló que entre el grupo de ministros militares hay algunos cercanos generacionalmente a la promoción de 1987 de la Academia Militar de la cual formó parte Cabello, pero duda de que Cabello tenga tanta ascendencia en la fuerza armada.
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