14
días
han pasado desde el robo de nuestras instalaciones. No nos rendimos, seguimos comprometidos con informarte.
SUSCRIBITE PARA QUE PODAMOS SEGUIR INFORMANDO.
Francisco Xavier Aguirre Sacasa

Reflexiones sobre una toma de posesión

El lunes, 21 de enero, Barack Obama y Joseph Biden fueron ceremonialmente instalados como presidente y vicepresidente de Estados Unidos para un segundo y último período. Casi un millón de personas asistieron en persona a su toma de posesión pública y más de mil millones de televidentes alrededor del mundo la vieron en su totalidad o parcialmente. Reflexionando sobre el día, se me ocurrieron varios pensamientos.

En primer lugar, me pareció excelente el discurso del presidente Obama. Algunos pueden criticarlo porque fue breve, careció de la elocuencia de otros presidentes y le faltó sustancia y detalles. Acepto la observación en cuanto a su brevedad. Pero, en un día en que el pronóstico del tiempo era que sería frío y ventoso, su brevedad, fue positivo. Por otro lado, el discurso del señor Obama duró 19 minutos. Dentro de un contexto histórico fue largo comparado a los dos minutos que habló uno de sus predecesores. Me refiero a Jorge Washington, cuyo discurso en su segunda toma de posesión contó con tan solo 135 palabras, duró dos minutos y ¡nadie se quejó! Y fue cortísimo en comparación con el discurso de William Henry Harrison, el noveno presidente estadounidense, quien pronunció un discurso de 8,500 palabras en un día helado. Poco después, Harrison murió de una neumonía que pescó ese día.

En cuanto a elocuencia, el presidente Obama no incluyó perlas retóricas en su discurso a como lo hicieron Lincoln en su segunda inauguración; Franklin Roosevelt en su primera y Kennedy en su única. Sin embargo, Obama se fundamentó sólidamente en la Declaración de Independencia norteamericana y repitió en varias ocasiones —como un introito a sus propuestas— la frase “nosotros, el pueblo”. Eso fue retóricamente poderoso y le dio “gravitas” a sus propuestas. Señaló, además que, en las batallas políticas que seguramente se darán en su segundo período, recurrirá a la opinión pública para apoyarse en contra de los diputados de línea dura republicana que lo adversan en la Cámara de Representantes.

Con respecto a la falta de detalles del discurso, recordemos que el próximo mes el señor Obama presentará al Congreso su informe sobre el estado de la nación, a como la Constitución y la tradición establecen. Allí dará a conocer su guión para los próximos cuatro años. No hacía falta hacerlo el lunes. Sin embargo, Obama aprovechó su discurso para anticiparle al pueblo su visión de nación y de gobierno y su agenda para los próximos años. Retomó, por ejemplo, a uno de los temas de su campaña: la necesidad de promover el crecimiento de la economía, pero con más equidad.

Después de décadas en que la falta de igualdad de riqueza en Estados Unidos ha alcanzado niveles de nuestro subcontinente, ese enfoque me parece política y moralmente acertado. Además, tocó temas como la necesidad de impulsar la energía renovable y de proteger el medioambiente para amortiguar el cambio climático al igual que el imperativo de reducir el déficit, pero no solo recortando gastos sino que también eliminando las excesivas exoneraciones que su país ofrece a poderosos intereses creados. En vista de que estas se encuentran ocultadas en el código fiscal estadounidense —que, por cierto, cuenta con más de 72,000 páginas y que han engendrado a un ejército de aproximadamente un millón de contadores públicos, abogados y expertos fiscales que se ganan la vida escudando al resto de la población de las complejidades de esta ley— ¡ojalá logre esta meta!

El discurso del presidente fue escueto en cuanto a temas internacionales. Aunque afirmó que Estados Unidos apoyará a la democracia alrededor del mundo, incluyendo Latinoamérica, brillaron por su ausencia referencias a Irán, Siria, el terrorismo, el tema Israel —Palestina y frases dramáticas como el “Eje del Mal”—. Quizás algunos halcones echarán de menos estas omisiones, pero reflejan al ambiente en Estados Unidos, un país que se está replegando, agotado por guerras costosas en sangre y tesoro y cuyos beneficios aún están por verse. Además, se basan en la convicción de que para ser fuerte internacionalmente, Estados Unidos necesita primero poner su propia casa en orden. Esta postura es lógica.

Para los norteamericanos de origen hispano, el 21 de enero fue un buen día. Tres de los que hablaron en la ceremonia fueron latinoamericanos. Uno, el presbítero que ofreció la bendición, hasta pronunció unas palabras en español. Y Obama anunció dentro de sus prioridades una reforma importante que le brindaría un estatus legal a millones de hispanos indocumentados. Por primera vez, ciudadanos de los otros países latinos que se encuentran ilegales en Norteamérica podrán aspirar a algo como el alivio que los nicaragüenses obtuvieron con la Ley Nacara a finales de 1997.

Cierro con una última reflexión. Todo el proceso de la toma de posesión se hizo en apego estricto a la Constitución. Por ejemplo, el presidente y vicepresidente fueron formalmente juramentados el domingo 20 antes del mediodía, a como la carta magna estipula. Lo del lunes fue redundante, aunque conforme a lo que se estila cuando el 20 de enero cae en domingo. E inmediatamente después de la juramentación y los discursos, el presidente cumplió con su obligación constitucional al firmar cartas dirigidas al Senado solicitando la ratificación de varios nuevos ministros. Esto demuestra que aunque en Estados Unidos existen problemas serios políticos, su república es madura, sólida y cuenta con un vibrante sistema de pesos y contrapesos. Es un país en donde el Estado de Derecho se respeta. El lunes los norteamericanos demostraron que la democracia representativa sí funciona y es lograble. ¡Nos dieron un ejemplo a seguir! El autor fue Canciller de la República y es periodista.


Opinión posesión Reflexiones archivo

COMENTARIOS

  1. Manuel Salvador Abaunza
    Hace 11 años

    Canciller, magnifico y objetivo analisis sobre el discurso del Presidente Obama en su toma de posesion como presidente reelecto, sobre todo viniendo de un ciudadano que se formo en el seno de una familia republicana. Sera un gusto comentarlo en mi programa radial de este proximo sabado.

  2. Guillermo J.Sanabria
    Hace 11 años

    El ex-canciller tiene tiempo de estar lejos de la realidad de USA.En primer lugar, el discurso fue de corte muy antagonista contra los republicanos,sobre todo ahora que Obama necesita de su cooperación para realizar sus proyectos.Si quiere atacar el deficit debe evitar endeudar al país irresponsablemente y no castigar a los grandes y pequeños empresarios,que son las más importantes fuentes de empleo. También tiene que eliminar el paternalismo de estado tan dañino para el progreso.

  3. chalio
    Hace 11 años

    Que verguenza!! una cosa es que el sr. Aguirre Sacasa sea simpatizante del presidente Obama, por lo que esta en su derecho, y otra cosa es hablar como un politico liberal (lease izquierda en usa) miembro del partido democrata de Estados Unidos.

×

El contenido de LA PRENSA es el resultado de mucho esfuerzo. Te invitamos a compartirlo y así contribuís a mantener vivo el periodismo independiente en Nicaragua.

Comparte nuestro enlace:

Si aún no sos suscriptor, te invitamos a suscribirte aquí