La Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) y la Unión Europea (UE) iniciaron ayer su primera cumbre, en la que buscan una relación de igual a igual, y en la que América Latina tiene, como su carta de presentación, su crecimiento y estabilidad macroeconómica.
La región acude a este evento con una posición sustentada en cifras de crecimiento económico sostenido, y una mayor integración regional, que puede contribuir, según voces de ambas regiones, a que Europa salga de la crisis.
En la última década, ambas regiones han mantenido un provechoso intercambio comercial. Las inversiones europeas en América Latina suman 613,000 millones de dólares y las latinoamericanas en Europa 117,000 millones de dólares.
Los países participantes aprobaron ayer mismo la declaración de la cumbre de Santiago de Chile, en la que se indica que las dos regiones reconocen la importancia de marcos reguladores “estables y transparentes” que proporcionen “certidumbre legal para los operadores económicos” en el contexto de impulsar inversiones de calidad social y medioambiental.
En la negociación del documento, según fuentes diplomáticas, Venezuela intentó suavizar la alusión a la seguridad jurídica de las inversiones, algo a lo que se opusieron mayoritariamente los demás Estados latinoamericanos.
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