La pereza, el desorden, la irresponsabilidad y el olvido pueden aparecer en la lista de las principales causas por la que somos impuntuales. Descubrirlas en nuestras vidas nos ayudará a trabajar nuestra personalidad y con ello encaminarnos hacia la puntualidad. La falta de puntualidad habla por sí misma, de ahí se deduce con facilidad la escasa o nula organización de nuestro tiempo, de planeación en nuestras actividades, y por supuesto de una agenda.
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