EFE
“Si Fred Astaire es el Cary Grant de la danza, yo soy el Marlon Brando. Fred Astaire representaba la aristocracia, yo el proletariado”, solía decir Gene Kelly. Y tenía razón. Uno era ballet, mientras que el otro era puro circo, pura acrobacia.
Gene Kelly murió el 2 de febrero 1996.
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Gene Kelly convirtió el musical en la forma más bella de la exhibición gimnástica y muchos de sus grandes números fueron en solitario. Sin necesidad de una Ginger Rogers, valiéndose por sí mismo o incluso, en uno de sus números más célebres Alter ego de la película Cover Girl , estableciendo un dúo con su propio reflejo. Por no hablar de la farola y el paraguas con los que enamoró al mundo en la escena más famosa de su filmografía y, probablemente, de todo el género musical: Singin in the Rain , número que daba título al clásico que él protagonizaba y dirigía junto a Stanley Donden y que rodó, curiosamente, acatarrado y con fiebre.
Acostumbrado el público al “look” de salón de Astaire, con su frac y su sombrero de copa, Gene Kelly se vestía de marinero —él mismo había servido en la marina durante la Segunda Guerra Mundial— o bailaba con el dibujo animado del ratón Jerry. Gene Kelly era nominado al Óscar por darle un soplo de aire fresco al musical… e incluso al cine de aventuras, pues también convirtió en un estilizado ballet la adaptación de The Three Musketeers , en 1948.
Llevó el musical al Óscar en An American in Paris y levantó pasiones e influencia en personajes tan distintos como las estrellas de las artes marciales Jackie Chan y David Carradine o el escritor de ciencia ficción Ray Bradbury, quien le dedicó el libro S omething Wicked This Way Comes . Incluso asesoró a Madonna en las coreografías de su gira Girlie Show , en la que homenajeaba abiertamente a Singin’ in the Rain .
Gene Kelly potenciaba su propia imagen controlando el entramado cinematográfico. Como director, se encargó de clásicos como A Day in New York o, cuando ya su cuerpo empezaba a estar oxidado, Hello, Dolly! .
FIN Y REVALORIZACIÓN DE UN GÉNERO
Sin embargo, mientras algunas estrellas del musical se reciclaban como actores dramáticos, Kelly se mantuvo fiel al género y su estrella perdió brillo.
Pero mientras el género musical clásico se apagaba los intelectuales empezaron a entender que detrás de esos filmes coloristas y aparentemente frívolos se escondían algunas de las claves estéticas y narrativas del cine moderno. Y fue entonces cuando Gene Kelly se recicló en las mentes del imaginario colectivo y pasó de ser un ídolo popular a un autor reputado y fundamental de la historia del cine.
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