Vladimir Vásquez
Nicaragua se acaba de endeudar con un banco alemán para obtener 3.2 millones de dólares, que serán utilizados para darle mantenimiento a la planta de tratamiento de aguas residuales del lago de Managua.
Los clientes subsidiados que consumen entre 0 y 20 metros cúbicos pagan unos 8 córdobas mensuales.
Los domiciliares que van de 21 a 50 metros cúbicos pagan unos 40 córdobas.
Los residenciales que consumen entre 0 a 50 deben pagar 50 córdobas aproximadamente.
Según la resolución de INAA, estos valores incluyen recolección y tratamiento de las aguas residuales.
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Una deuda innecesaria, dice Ruth Selma Herrera, expresidenta ejecutiva de la Empresa Nacional de Acueductos y Alcantarillados, institución que cobra en la factura del servicio a los nicaragüenses, unos tres millones de córdobas mensuales en facturación para el tratamiento de la planta.
“¿Entonces a dónde va este dinero?”, se pregunta la expresidenta de Enacal.
LA PRENSA intentó obtener la versión de Enacal, pero no dieron respuesta a nuestra solicitud de entrevista. De igual modo se solicitó información a la oficina de Relaciones Pública de la embajada de Alemania, pero no se obtuvo respuesta.
La planta de tratamiento no ha recibido mantenimiento adecuado desde el año 2010, según Herrera. De acuerdo a su visión, Enacal debe informar “qué hace con el dinero que se le sigue cobrando vía factura a los capitalinos para supuestamente darle mantenimiento a la planta de tratamiento, que poco logra hacer por el lago”.
BUENA INICIATIVA, PERO…
El director del Centro para la Investigación en Recursos Acuáticos de Nicaragua, Salvador Montenegro, asegura que la planta de procesamiento es una buena iniciativa, pero “insuficiente”.
La planta puede procesar 4,270 litros de aguas servidas por segundo, de las viviendas que están conectadas al sistema de alcantarillado de Managua, pero no de aquellas casas que vierten sus aguas residuales en los cauces, donde igual lanzan basura que es arrastrada al lago por las corrientes del invierno.
Montenegro considera que la planta procesa “muy poco para las grandes cantidades de sedimentos y desperdicios que caen en el Lago de Managua”, una responsabilidad que corresponde a la Alcaldía y ciudadanía en general.
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