Lucydalia Baca Castellón
Esto se atribuye principalmente al uso de una bacteria inoculante fijadora de nitrógeno, que produce la Unión de Productores Agropecuarios de Nicaragua (Upanic). Según Félix Miranda, presidente de la Comisión del Frijol de APEN, usar la bacteria implica una inversión de seis dólares por manzana.
Esta garantiza un mayor desarrollo de la planta, que se traduce en incremento de la productividad. Además, disminuye los costos de producción, ya que reduce el uso de fertilizantes.
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Aunque durante el 2012 las exportaciones de frijol incrementaron en 23 millones de dólares respecto al año anterior y alcanzaron 53.3 millones de dólares, los productores califican como “irreal” ese crecimiento, porque la cifra aun se encuentra distante del récord establecido en el 2008, cuando las ventas del producto en el exterior alcanzaron 81.6 millones de dólares.
Pese a los problemas ocasionados por el clima, la cosecha del año pasado fue muy buena y las exportaciones fueron de aproximadamente 1.1 millones de quintales. En el 2011 se exportaron únicamente unos 600,000 quintales.
“Sin embargo, el problema sigue siendo el mercado. Perdimos nuestro principal mercado para el frijol que era el salvadoreño. Estamos tratando de rescatarlo, pero los salvadoreños y los ticos encontraron un nicho de un frijol chino y de Etiopía. Entonces se están asegurando porque estos les ofrecen enormes cantidades”, dice Álvaro Fiallos, presidente de la Unión Nacional de Agricultores Ganaderos (UNAG).
ADEMÁS SE CAYÓ EL PRECIO
La disponibilidad y el bajo precio de ese producto llenaron el espacio que el frijol nicaragüense dejó abandonado al incumplir compromisos de ventas, cuando de forma repentina el Gobierno ordenó el cierre de las fronteras al producto en septiembre del 2010 y se extendió al 2011.
Eso se juntó con la caída del precio promedio del grano, que pasó de 1.38 dólares por kilo en el 2008 a 98 centavos en el 2009 y a la fecha se mantiene en 97 centavos por kilo.
Los productores confían en que “el saborcito diferente que tiene ese frijol” (chino y de Etiopía) y los esfuerzos que continúan haciendo para recuperar a sus clientes permitan la recuperación del sector.
El despunte que registra el mercado de Estados Unidos desde el año pasado y el incremento de las ventas a Venezuela son otra opción para recuperar el crecimiento histórico. Pero el gran reto continúa siendo recuperar el mercado salvadoreño, señala Félix Miranda, presidente de la Comisión del Frijol de la Asociación de Productores y Exportadores de Nicaragua (APEN).
PIDEN APERTURA A VENEZUELA
Para Miranda otra condición indispensable para la recuperación del sector es que “el abanico de oportunidades que ofrece el mercado de Venezuela para el frijol nicaragüense se abra a todos los productores. Actualmente las exportaciones a ese país se realizan únicamente a través de Albalinisa, que adquiere el producto a través de la UNAG.
“La esperanza es que permitan la entrada de más empresas a este mercado donde se vende principalmente frijol negro”, indica.
Fiallos, en tanto, confirma que en la postrera se sembró muy poco frijol negro, pero en apante el área de cultivo creció hasta 12,000 manzanas. Se espera que al salir esa cosecha en abril se puedan exportar unas 10,000 toneladas del producto a Venezuela, que actualmente paga en promedio 1.29 dólares por kilo.
En el campo el productor organizado está recibiendo unos 750 córdobas por quintal. La UNAG asume la responsabilidad de procesar, almacenar y transportar el producto y cobra porcentaje sobre las ventas. Para Fiallos lo más importante es la estabilidad que representa ese mercado, ya que la venta de la cosecha está asegurada.
Sin embargo, el resto de productores actualmente vende el grano entre 400 y 550 córdobas por quintal. Según Miranda, al no poderse exportar el producto este se acumula y provoca la caída del precio en el mercado local.
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