Julio Portocarrero Arancibia
17 de marzo de 2012. La bulla no cesa. Las luces del Teatro Nacional Rubén Darío se dirigen sobre Farah Eslaquit, quien en la Sala Mayor realiza su primera pasarela como Miss Nicaragua 2012.
Entre las barras, y envuelto en una atmósfera que mezcla el orgullo, el amor y la felicidad, Danilo Acevedo Parrales llora entre la algarabía de muchos.
La joven que desfila sosteniendo con sus manos la corona es la chavala que cuatro años atrás aceptó ser su novia.
Nadie nota esa escena. Sin embargo, y un año después, Danilo nos cuenta Aquí Entre Nos que esa noche se convirtió en el hombre más feliz del mundo, en el hombre que esa miss amaba.
“Desde entonces los planes de Farah se han convertido en mis planes y su éxito en mi éxito”, comenta entre risas Danilo, quien a sus 21 años es estudiante del último año de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (UNAN).
Así se define Danilo. Pero reconoce que Farah Eslaquit es una persona de la que no va a desconfiar. “La elección de mi novia como Miss Nicaragua 2012 ha significado sacrificar un par de planes, pero ha valido la pena, porque su esfuerzo ha dado fruto y ella es feliz”, expresa.
Y es que a este chavalo no le ha importado esperarla durante horas y sacrificar a veces sus salidas; “pues ella ha cumplido un sueño que al mismo tiempo es una gran responsabilidad”, comenta.
Cuando Farah ha estado triste, enojada y estresada, es a Danilo a quien a llamado y en quien ha encontrado el apoyo y ánimo para seguir adelante.
“Ser el novio de la Miss de tu país es una mezcla de emociones; la pasión que ella siente yo la siento a veces. Estar con ella este año ha sido crecer juntos y un aprender de la vida”, reflexiona este chavalo enamorado.
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