Rezaye Álvarez y Emiliano Chamorro
Que caiga sobre el magisterio nacional la pesada carga de transformar a la niñez y juventud para que se eduque bajo la ideología oficialista “cristiana, socialista y solidaria”, no solo creó división entre voces y sectores notables de la sociedad nicaragüense, sino que revivió el histórico reclamo de mejorar las condiciones de trabajo de los docentes y de la falta de apoyo del Gobierno a la educación.
La campaña nacional “Vivir bonito” que elaboró la esposa del presidente inconstitucional Daniel Ortega establece que a través del Ministerio de Educación se ejecutará una estrategia de “transformación cultural” de la niñez y juventud por medio del sistema educativo público y privado, donde se le orienta a los docentes impartir lecciones y clases que reflejen los “principios y valores cristianos, socialistas y solidarios” del gobierno inconstitucional de Ortega.
Para ello —según el plan que LA PRENSA reveló ayer— los maestros serán los encargados de aplicar en las aulas, temáticas acorde a la doctrina de Murillo.
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“Un maestro o maestra que tiene aprecio de su persona, de su familia, su trabajo, cuida de sí mismo: sus hábitos alimenticios, de higiene, de salud, de cómo se arregla, disfruta lo que hace, se siente orgulloso y este sentimiento lo transmite en su manera de hablar, de conducirse con los otros y en particular para sus estudiantes, para quienes es un modelo a seguir”, dice el manual de la llamada Campaña Nacional Vivir limpio, vivir sano, vivir bonito, vivir bien.
UN CONTRASENTIDO
Para el sociólogo Cirilo Otero no deja de ser un contrasentido irónico que sean los maestros, con sus bajos salarios y permanentes carencias técnicas, los que tengan que “dar el ejemplo de vivir bonito a los estudiantes”.
“Todos los sistemas políticos han tenido como instrumento de dominación la educación, es por ello que la política del Gobierno ahora se enfoca en los multiplicadores del pensamiento, es decir, los maestros, pero no mejorarle las condiciones”, dijo Otero, para quien el plan nacional Murillo es un “adoctrinamiento que recurre a valiosos principios sociales, para disfrazar una intencionalidad política partidaria, valiéndose de la noble misión de la docencia”.
Un docente de primaria gana 3,800 córdobas al mes y uno de secundaria gana mensual 4,200 córdobas, según el último ajuste salarial aprobado por el Mined.
INVERTIR MÁS EN EDUCACIÓN
Diversos estudios de organismos nacionales, públicos y privados, han señalado la necesidad de invertir más en educación y mejorar las condiciones de los maestros y la infraestructura para superar los problemas académicos de la mayoría de estudiantes del sector público.
Contrario a Otero, monseñor Eyling Castro, vicario de Educación de la Arquidiócesis de Managua, se deshizo en elogios al gobierno por la campaña que impulsa y criticó a LA PRENSA por dar cabida a voces críticas al tema.
Según Castro, el gobierno ejecuta dicho proyecto “enhorabuena”, porque “da la oportunidad de rescatar valores y principios cívicos desde la escuela y la comunidad”.
“Partiendo desde la educación, sin necesidad de ver que es un acto de manipulación, yo veo la parte positiva de esa campaña”, dijo.
Agregó que “el perfil político se lo va a dar aquel que quiera manipularlo. Yo me valgo de lo que se me está planteando, que es reforzar los valores los cuales todos debemos apoyar y aplaudir para mejorar al país”, exhortó el religioso.
Pero para Vilma Núñez, del Centro Nicaragüense de Derechos Humanos, detrás de la campaña del “Buen vivir” y su mensaje ecológico, lo que existe es “un esfuerzo de dominación de las mentes de la gente”.
La aplicación de estos mandatos, a su criterio, podría “ser el germen que liquide las pretensiones de perpetuidad de este Gobierno”, ya que según Núñez “los únicos que pueden vivir bonito son ellos porque tienen el dinero concentrado en sus manos”.
Núñez criticó que se use a los maestros para “adoctrinar a nuestra niñez y juventud en un proyecto político-partidario que busca perpetuarse en el poder”.
(Colaboración de José Adán Silva, César Ubeda y Elizabeth Romero).
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