Tania Sirias
“En Nicaragua no ha habido gobiernos liberales”, aseguró ayer el editor en jefe del Diario LA PRENSA, Eduardo Enríquez, durante la presentación de su obra: Muerte de una República , cuya presentación fue en el Hotel InterContinental de Metrocentro, auspiciada por la Fundación Friedrich Naumann.
Expresó que los gobiernos autollamados liberales, que han gobernado en diferentes ocasiones en Nicaragua, no calzan en la definición de esta doctrina que respeta valores como la responsabilidad individual, la tolerancia, la pluralidad. Una sociedad conformada por ciudadanos, no súbditos que conviven al amparo de leyes neutrales y universales, que garantice las libertades individuales, que respeten el libre mercado y donde los servidores públicos sean totalmente obedientes a las leyes.
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El autor refirió que el país se tropezó casi “accidentalmente” con el concepto republicano con las elecciones de 1990, pero el proceso de construcción de una república fue interrumpido por el régimen orteguista, que utilizó los fraudes electorales para destruir la confianza de los nicaragüenses en el voto.
Enríquez manifestó que es momento de que Nicaragua se encamine a la institucionalidad, el imperio de la ley y la igualdad de todos los ciudadanos ante la misma.
UN ESTADO FASCISTA
Otra premisa de esta obra es que el régimen Ortega Murillo a través de la Juventud Sandinista, los Consejos del Poder Ciudadano, creados y apoyados por los miles de dólares provenientes de Hugo Chávez, ha construido en Nicaragua “un Estado fascista”.
Señaló la definición de fascismo del profesor de Columbia, Robert Paxton, dice que “es una forma de comportamiento político en que un partido de masas y un conjunto de militantes nacionalistas comprometidos, trabajando en difícil pero efectiva colaboración con las élites tradicionales, abandonan las libertades democráticas y persigue con redentora violencia y sin restricciones éticas y legales metas de limpieza internas”.
Enríquez comparó aspectos de la campaña gubernamental “vivir bonito” como la obligación de educar a los niños en la doctrina cristiana, socialista y solidaria con iniciativas similares del franquismo.
El director de proyectos para Centroamérica de la Fundación Naumann, David Henneberger, dijo que a través de las columnas recopiladas en el libro se puede ver el desarrollo del régimen instaurado por el “compañero comandante pueblo presidente Daniel”.
Ver en la versión impresa las páginas: 12 A