Emiliano Chamorro y Gloria Picón
Para monseñor Silvio Fonseca, vicario de Familia, vida e infancia de la Arquidiócesis de Managua, la institucionalización de los Gabinetes de Familia, Salud y Vida con el argumento de que promoverán valores, entre ellos el cristianismo, es una interpretación “malévola y mal intencionada”.
Para Pallais definitivamente estamos ante una violación a los derechos ciudadanos, porque se está facultando a otras personas a que se inmiscuya en el ámbito familiar.
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Fonseca señaló que no se puede permitir que en nombre de Dios, del cristianismo se sigan atropellando los derechos humanos y familiares de los nicaragüenses.
Para el religioso la estrategia del partido gobernante tiene “un objetivo político, una ofensa al cristianismo y un irrespeto a la intimidad de la familia”, por lo que llama a la población a expresarse.
Fonseca calificó como delicado que se “manipule a Dios por intereses partidarios tan malévolos donde el objetivo es invadir la intimidad de la familia y controlarla socialmente”. En ese sentido recordó a la población a expresarse y demandar el respeto a sus derechos consignados en la Constitución Política de Nicaragua.
“El pueblo tiene sus derechos y, por tanto, debe hacerlos respetar y debe expresarse como ciudadanos y como cristianos cuando se siente agredido en sus derechos fundamentales. La Iglesia siempre va a trabajar en defensa de la familia y afirmará que la familia es sagrada y que el Estado debe intervenir en sus beneficios sociales, pero salvaguardando la sacralidad e intimidad de cada familia”, aseguró monseñor Silvio Fonseca.
Para el exdiputado José Pallais son los ciudadanos los únicos que con sus rechazo pueden impedir que los Gabinetes de Familia se metan en su ámbito familiar, ya que recurrir a la Corte Suprema de Justicia por inconstitucionalidad no servirá de mucho dado el control que la pareja presidencial tiene sobre ese órgano judicial.
En la definición de lo que son los Gabinetes de Familia, Salud y Vida dice claramente se inspiran en valores cristianos, ideales socialistas y prácticas solidarias y tienen como objetivo “promover la consideración, la estima, la autoestima y el aprecio entre quienes habitamos y compartimos, entre otros.
Fonseca llamó a los obispos a alzar la voz.
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