BRASILIA/AP
Autoridades brasileñas anunciaron el martes acciones para frenar el tráfico de personas con el aumento de puestos de control en fronteras, aeropuertos y carreteras y el endurecimiento del castigo a los responsables de ese delito.
Según el ministro de Justicia, José Eduardo Cardoso, la nueva política busca también tipificar como crímenes otras formas de tráfico humano, por cuanto la ley brasileña únicamente reconoce como delito el tráfico con fines de explotación sexual.
Dijo en conferencia de prensa que se pretende enviar legislación al Congreso para criminalizar el tráfico con fines de poner a la persona a trabajar en condiciones análogas a la esclavitud y para retiro de órganos.
“Este es un momento propicio para involucrar a la sociedad porque los medios de comunicación lo han puesto en debate, las personas lo ven más de cerca y queremos aprovechar esa atención de la sociedad. Sería imposible combatir el crimen si las personas no denuncian los casos”, dijo Cardoso.
Aludió con ello una popular telenovela transmitida actualmente en la red Globo, “Salve Jorge”, que aborda el tema del tráfico de mujeres para ser sometidas a la prostitución.Datos del gobierno indican que 2,072 personas fueron identificadas como víctimas del tráfico de personas entre 2005 y 2011. En ese período fueron procesadas 381 personas principalmente por tráfico de mujeres hacia el exterior, aunque menos de la mitad llegaron a prisión.
La mayoría de las mujeres detectadas como víctimas del tráfico de personas fueron encontradas en Surinam, Suiza, España y Holanda.
El nuevo plan de combate a este delito contempla la creación de nuevos centros policiales especializados en el combate de abusos a los derechos humanos, así como la creación de 20 unidades de atención a mujeres víctimas de violencia y tráfico en las regiones fronterizas. En la actualidad, únicamente tres de tales centros operan a lo largo de los 1,600 kilómetros de frontera terrestre de Brasil.
La iniciativa busca que las embajadas brasileñas en el exterior aseguren que la totalidad de las personas identificadas como víctimas del tráfico en el exterior tengan su situación monitoreada para que se garantice su protección legal.
“El tráfico de personas es una violación absoluta de los derechos humanos, el destierro es una forma de dominar al ser humano”, comentó la ministra de Derechos Humanos, Maria do Rosário Nunes. “Trabajaremos con el Congreso para poner a Brasil al día en la legislación para combatir el tráfico de personas tanto para fines sexuales como para trabajo esclavo y uso de órganos”, añadió.