México/EFE
El teólogo brasileño Leonardo Boff afirmó ayer, en una entrevista publicada por el diario mexicano La Reforma, que la renuncia de Benedicto XVI es “el gran legado” de su pontificado por su carácter inédito y por haber “desmitificado la figura del papa”.
Boff, para quien Benedicto XVI “no tiene carisma y es extremadamente tímido”, indicó que la renuncia fue “un gesto de desesperación personal” del papa “conjugado con sus limitaciones físicas y psicológicas” ante los problemas que enfrenta la Iglesia católica, como los impedimentos para permitir que los sacerdotes pedófilos fueran entregados a la justicia civil, las filtraciones de documentos del “Vatileaks” y los escándalos del Banco del Vaticano.
Al final, dijo, Benedicto XVI “recibió un balance, altamente negativo, de la situación de la curia, en la cual se había instalado prácticamente un gobierno paralelo de la Iglesia” y “el mundo se le vino abajo”.
Boff consideró que Benedicto XVI entrará en la historia como “una persona que mientras era presidente del exsanto oficio condenó a más de cien teólogos, de los mejores, especialmente de la Teología de la Liberación” (TL).
Le reprochó que en su análisis de la TL aceptara “la versión de sus detractores”, “los militares y las élites opulentas (latinoamericanas) que acusaban cualquier intento de cambiar la realidad social, en la línea de rescatar a los pobres de su pobreza, como cosa de comunistas”. Boff es uno de los más destacados representantes de la TL y terminó abandonando la Iglesia por sus divergencias con el Vaticano.
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