Policías y militares brasileños tomaron el estratégico complejo de favelas de Cajú, en la zona norte de Río de Janeiro, con el propósito de expulsar del sector a los traficantes de drogas. Cerca de 1,500 hombres, en su mayoría del Batallón de Operaciones Especiales (BOPE) de la Policía Militar de Río de Janeiro, apoyados por agentes de la Policía Civil y por unos 200 fusileros navales participan en la operación, que contó con la ayuda de 17 blindados de la Marina y de un helicóptero. Las banderas de Brasil y del estado de Río fueron izadas en la favela Parque Alegría de Cajú, símbolo de la nueva presencia del Estado.
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