Omar R. Goncebat EFE
Pensar que todo irá bien y actuar con confianza cuando arrecian las dificultades no es una utopía sino la opción psicológicamente más eficaz y rentable, porque nuestro cuerpo y mente funcionan mejor, ayudándonos a sobrellevar las adversidades y a salir a flote más rápidamente e incluso fortalecidos.
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“Diversos estudios médicos y psicológicos han demostrado que mantener una actitud optimista ayuda a fortalecer las defensas orgánicas, mejorar el sistema cardiovascular, aumentar la expectativa de vida e, incluso, prevenir el ictus cerebral”, explica el doctor Santiago de la Rosa, médico especializado en Medicina Biológico-Naturista (www.ropaz.net).
Según este especialista, autor de El estrés: conózcalo y sepa tratarlo de manera naturista, está comprobado científicamente que pensar de manera positiva y entusiasta y ver el lado bueno de las cosas “contribuye a desarrollar la creatividad, a envejecer en mejores condiciones y a preservar la agilidad mental, además de elevar las posibilidades de sobrevivir a un choque posoperatorio.
Además de los beneficios mencionados por el doctor De la Rosa, hay otras razones clave que demuestran que ponerle “al mal tiempo buena cara” es mucho más que un eslogan o una frase hecha, son sugerencias que aportan otros grandes conocedores de la naturaleza humana y son muy útiles para afrontar con mejor ánimo los tiempos de tribulación como los actuales.
El director del Centro de Reducción del Estrés de la Universidad de Massachusetts (EE. UU.), Kabat-Zinn, opina que “si confiamos en nuestra capacidad de intuir, observar, estar abiertos y atentos, reflexionar sobre la experiencia, crecer, aprender gracias a la observación y la atención y conocer las cosas en profundidad, podernos cultivar esas habilidades claves para afrontar la adversidad”.
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