Tania Sirias y Rezaye Álvarez M.
Sus “condolencias y solidaridad” es lo que envió el día de ayer el presidente inconstitucional, Daniel Ortega Saavedra, a los familiares y seguidores del expresidente venezolano, Hugo Rafael Chávez Frías. Ortega recordó la última visita que hizo Chávez a Nicaragua, el pasado 10 de enero de 2012, a su toma de posesión.
Mientras avanzaban las filas de gente para abordar los buses que dispuso el Gobierno para transportar a los asistentes, Emma Chávez expresó que esta situación es un momento de consternación para todo el mundo.
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Tras conocer la muerte de Chávez, trabajadores del Estado y militantes del partido Frente Sandinista se reunieron en la Plaza de la Revolución donde realizaron una vigilia para conmemorar su “paso a la inmortalidad”, expresó la secretaria de comunicación y ciudadanía, Rosario Murillo.
Al tiempo que Murillo describió a Chávez como un “compañero, amigo, hermano, camarada” e incluso como “el jefe”, jóvenes del partido vitoreaban la figura del comandante con aplausos.
LA ESPADA DE BOLÍVAR
Esta vez no hubo un discurso largo. En un lapso de diez minutos Ortega se limitó a comparar a Chávez con Bolívar y dijo que “levantó su espada por la paz, la justicia, la libertad y la unidad de los pueblos en Venezuela, el Caribe y en el mundo”.
También recordó los viajes que hizo al país, “del amor que le tenía al pueblo nicaragüense”. Afirmó que la tarde de ayer se había comunicado con el vicepresidente Nicolás Maduro para conocer el estado de salud de Chávez.
“Al poco tiempo, fue cuestión de minutos, cuando ellos se dirigieron al hospital donde estaba el presidente librando su batalla por la vida. Ahí desde ese mismo momento el libertador comandante presidente estaba trascendiendo a como suelen ser los próceres”, dijo Ortega.
“Hacemos llegar nuestra solidaridad, nuestro abrazo a su familia y a la misión venezolana” en el país, agregó Ortega.
En esta ocasión, aparte de la secretaria del Consejo de Comunicación y Ciudadanía, del cardenal Miguel Obando y Bravo, quien realizó una oración por Chávez y Ortega, no hubo intervenciones de ningún otro personaje.
Entre cada intervención, en dos enormes pantallas dispuestas a los extremos de la tarima central, se proyectaron vídeos con imágenes de Chávez y Ortega, en Nicaragua y Venezuela.
La bandera ubicada frente a la Casa de Los Pueblos estaba a media asta, sin embargo en ninguna parte del discurso Murillo u Ortega hicieron referencia a ese hecho.
El público, obediente, tanto al inicio como al final de la actividad, realizó filas para atender la petición de “ser organizados al igual que el partido”.
En el acto, estuvieron presentes embajadores de los países que conforman el Alba, además de altos mandos del Ejército, encabezado por el general Julio César Avilés, y de la Policía Nacional representada por el comisionado general Francisco Díaz.