Jeniffer Castillo Bermúdez
Todo lo que Shyrley Pérez quería hace ocho años, cuando entró a la universidad, era sacar su carrera para trabajar y aumentar los ingresos de su familia. Ahora lleva dos años de desempleo y dice que todo su esfuerzo “fue en vano”.
Ella recuerda que fue una de las mejores estudiantes de la carrera de Filología y Comunicación en la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (UNAN-Managua).
Su promedio fue de 94 y dice que hasta el momento solo encontró una oportunidad laboral en una litografía donde corregía textos y ganaba 3,500 córdobas al mes. Luego aprendió un poco de diseño gráfico y su salario subió a cuatro mil córdobas.
“Es difícil la situación. Lo que uno se encuentra al salir de la universidad es el desempleo”, lamenta.
Mientras que el seis por ciento constitucional aumentó 19 millones de dólares en ese mismo periodo.
El exrector de la UNAN-Managua, Carlos Tünnermann, dice que el país debe promover la Educación Técnica porque “las empresas están necesitando técnicos… se tiene que enfocar la educación en base al tipo de país que queremos que sea Nicaragua”.
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“Lo que pasa es que las universidades, y eso se tiene que revisar, no están ofreciendo las carreras que el desarrollo del país requiere. Hay que revisar la calidad y la pertinencia de la educación superior que se está ofreciendo en Nicaragua”, asegura Enrique Sáenz, diputado del Movimiento Renovador Sandinista.
En Nicaragua, según los datos del Banco Central de Nicaragua (BCN), la tendencia de crecimiento de empleos formales se mantiene. Según las cifras oficiales, entre el 2008 y el 2011 la tendencia de crecimiento del empleo formal ha sido de 8.9 por ciento anual.
No obstante, se desconoce cuál es el porcentaje de empleabilidad de los profesionales que egresan cada año de las diez universidades que conforman al Consejo Nacional de Universidades (CNU).
Hasta la fecha esta es una de las tareas pendientes del CNU, dice Yadira Rocha, representante del Consejo de Educación de Adultos en América Latina (Ceaal) en Nicaragua.
“Hay que revisar qué tipo de recurso humano es el que se está formando en el país y cuántos de estos jóvenes están ingresando al ámbito laboral… quizás las empresas no están necesitando a profesionales con perfiles tan calificados como con los que egresan de las universidades. Puede ser que lo que se necesite está en el plano intermedio, con una educación técnica superior”, señala Rocha.
PARA EL DESARROLLO Y NO SUBDESARROLLO
Las universidades tienen que aportar al desarrollo del país y no al subdesarrollo, dice Humberto Belli, exministro de educación, al referirse a la dificultad de encontrar un empleo formal al momento de salir de la universidad.
De esta manera, asegura por su parte el exrector de la UNAN-Managua, Carlos Tünnermann, la universidad o el grado superior permitiría a las familias aumentar sus ingresos y, por ende, salir de la pobreza.
Según la Encuesta de Hogares, presentada por la Fundación Internacional para el Desafío Económico Global (Fideg), en Nicaragua había una pobreza general de 44.1 por ciento en 2011 y solo un 8.2 por ciento de la población eran pobres extremos.
“Lo que se necesita es que los maestros en las escuelas sean orientadores vocacionales”, afirma el decano de la Facultad de Educación de la UNAN-Managua, Alejandro Genet.
El decano reconoce que las universidades tienen que revisar sus planes de estudios para evitar que los estudiantes no vayan al desempleo una vez que egresen de las universidades.
Pero, “paralelo a eso se necesita que la economía crezca y las oportunidades de empleos crezcan para que los profesionales se empleen y ahí tenemos que trabajar con la empresa privada y ya estamos trabajando con el Cosep (Consejo Superior de la Empresa Privada)”, asegura Talavera.
Actualmente el CNU reporta una matrícula total de cien mil estudiantes y cada año el ingreso promedio es de 27 mil bachilleres, según Talavera.
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