Jeniffer Castillo Bermúdez
El profesor Marvin Herrera tiene tres hijas y, además de sus colegiaturas, debe pagar la luz, el agua, teléfono y la alimentación de su familia integrada por cinco miembros.
Este profesor gana 11,700 córdobas, tiene tres años de antigüedad y reconoció que este salario no es suficiente para mantener una casa.
Él es uno de los docentes de la Universidad Politécnica (Upoli) que ayer protestaron dentro del recinto en demanda de un ajuste salarial de diez por ciento, pero las autoridades universitarias apenas les ofrecen un incremento de seis por ciento.
“No hay incrementos salariales, pero ellos (las autoridades) se recetan lo que desean… Nos dicen que no hay para fotocopias y ellos imprimen a color… La crisis solo nos afecta a nosotros los docentes y trabajadores administrativos”, reclamó la docente Tania Sequeira, secretaria general del Sindicato 14 de Junio.
En la Upoli hay 546 trabajadores docentes y administrativos, según Ricardo Baltodano, secretario general del Sindicato Américo Tapia.
Cada año, para conseguir un ajuste salarial, “los trabajadores de la Upoli tenemos que protestar, presionar para que las autoridades resuelvan nuestro problema”, dijo Baltodano.
“La política salarial de la Upoli no prioriza a los docentes, solo se enfoca en incrementar sus proyectos e inversiones en tecnología y eso está bien, pero no pueden dejar de fuera a los maestros”, se quejó Sequeira.
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