Agencias
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El nuevo pontífice fue jefe de la Iglesia católica de Argentina durante mucho tiempo y tuvo una relación áspera con el gobierno de los Kirchner.
Con Néstor Kichner la relación fue mucho más distante y conflictiva que con la actual presidenta Cristina.
El expresidente llegó a identificar al entonces cardenal como “el verdadero representante de la oposición”. En aquel momento, Bergoglio se quejó de los dichos de Kirchner.
En enero de 2007, el periodista especializado de Clarín, Sergio Rubín, escribió una nota titulada “Kirchner y Bergoglio, separados por cuestiones de fondo”.
En la misma explicaba que se había pospuesto una reunión entre las partes y que ni siquiera la cúpula del Episcopado —que encabezaba el propio Bergoglio— logró acordar una visita protocolar a las máximas autoridades del Congreso.
“Kirchner siente que el grueso de los obispos con Bergoglio a la cabeza son un factor muy fuerte de cuestionamiento”, a su gestión se dijo.
“La Casa Rosada se quejó muchas veces de que la Iglesia nunca le reconoció todo lo que hizo el presidente por sacar al país de una de las peores crisis de su historia”, explicó Rubín.
La tregua llegó en 2010 cuando murió el presidente y el hoy papa ofició la misa por el eterno descanso del gobernante.
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